Si ayer decíamos que el primer encierro de Guadalajara 2025 había sido histórico porque los toros han vuelto a correr por la Calle Mayor, hoy podemos decir que también ha sido histórico, pero esta vez por la duración del segundo de los encierros, el cual ha durado casi tres cuartos de hora. Seis toros de José Vázquez han sido los protagonistas de la mañana, especialmente tres de ellos, los cuales les han complicado el día a los pastores y a la organización del encierro.
Vayamos por partes, y comemos lo sucedido en la mañana de este viernes en la capital alcarreña:
Segundo encierro de Guadalajara 2025: José Vázquez
A las 8 de la mañana, han subido los tres cohetes al cielo. En las modificaciones de este año, también hay un nuevo sistema cohetero y, durante un largo trayecto, los doce animales suben una gran pendiente sin corredores por delante, pero con pastores arreando por detrás.
El problema aquí no es la pendiente de la calle, puesto que todos conocemos grandísimos encierros con pendientes muy pronunciadas en los primeros tramos de los mismos; el problema es el sistema de cómo se sueltan, pues salen de uno en uno, como de una especie de toriles. Tal vez, y sólo es una idea, si aguantasen un poco para abrir el último portón —el que hay antes del primer contacto con los mozos—, la manada subiría mejor por la Calle Mayor y habría más opciones para que los toros pudiesen mandar en la carrera, pues ya sabemos que los bueyes se las saben todas en cualquier encierro.
Así pues, ese último portón se ha abierto y, como era previsible, hemos visto a la cabestrada al completo liderar en fila india los primeros metros de la Calle Mayor; detrás de ellos, los seis bravos, muy estirados, abiertos y con distancia entre ellos. En estos primeros compases del encierro, hemos comenzado a ver las primeras carreras del día.
Un corredor pamplonés, habitual de los primeros tramos, se ha puesto delante de los bravos por la parte derecha y ha firmado una bonita carrera, antes de cruzarse delante del último de los morlacos, que había comenzado a quedarse muy distanciado del resto. Este último morlaco, el número 24 de José Vázquez, es el que ha provocado más quebraderos de cabeza en la mañana de hoy. Cuando este corredor se ha retirado de los primeros bureles, otros dos le han tomado el relevo, firmando sendas carreras de mérito, bonitas también.
Según avanzaba la carrera por la Calle Mayor, el número de corredores se iba multiplicando, pero lo primero con lo que se encontraban eran con los seis jóvenes bueyes en solitario, pues cada vez les iban sacando más distancia a los seis morlacos. Esa distancia entre mansos y bravos ha permitido a los mozos poder entrar a correr, así que, de nuevo, baile de carreras con los primeros bureles.
Los morlacos en esta calle han metido un poquito las caras, en especial el burraco, que ha limpiado la parte izquierda casi llegando a la Plaza de Santo Domingo, apurando a los corredores en sus retiradas. Bonitas y emocionantes carreras en ese momento del encierro. En ese momento, ya eran solamente cinco los toros que iban en carrera; el sexto, el 24, ya se había quedado parado por detrás. Pero, justo en este punto, otro de los toros se ha quedado parado, un quinto burel que, antes de pararse, iba cruzándose de lado a lado, pero sin terminar de transmitir mucho peligro.
Bueyes aparte, los cuatro primeros toros iban templaditos y los mozos disfrutando mucho con ellos. Preciosas carreras y los animales cada vez abriendo más huecos entre ellos. En los primeros metros de Capitán Arenas, un burel castaño —que en esos momentos era el primero de los bravos— le ha lanzado una coz a un veterano corredor de San Sebastián de los Reyes, el cual iba intentando colocarse detrás de él y delante de los otros tres.
Pero no todo era bonito con estos cuatro animales. Pues con el cuarto de ellos, dos mozos han ido bastantes metros apoyados en su lomo, sin necesidad, por capricho, por falta de valores, por no saber correr un encierro. Una falta de respeto total y absoluta que ha provocado que este animal también se parase. Así que, a partir de entonces, había tres toros parados en la calle en diferentes puntos del recorrido.
Recordemos cómo estaba la situación: la cabestrada en solitario por delante; después, a distancia, tres toros en carrera; y sueltos en distintos sitios del recorrido, tres toros, muy distanciados entre ellos. Sin embargo, ninguno de ellos se ha puesto a embestir, ni a defenderse, ni a liarla. Dos de ellos, además, con evidentes signos de estar lesionados, mermados, inválidos.
A los dos minutos y diecisiete segundos del tercer cohete, el primero de los toros en pisar el albero ha sido el único castaño del encierro, un toro serio que ha entrado al Coso de Las Cruces con un mozo apoyándose en su lomo. Más faltas de respeto innecesarias. Tras él, el segundo en entrar ha sido el precioso burraco, que ha entrado casi al paso.
Una vez estos tres primeros toros estaban en la Plaza de Toros resistiéndose a entrar a toriles, y cuando ya llevábamos tres minutos y medio de encierro, se han soltado los cabestros escoba. Tres bueyes que han pasado de largo al encontrarse con el último de los toros, el cual no les ha hecho caso. Los mozos han intentado hacer una barrera para que no pasasen y se quedasen a arropar a este número 24, pero los bueyes han tirado para adelante.
Casi a los cinco minutos de encierro, el quinto toro ha llegado a los últimos metros del recorrido y se ha encontrado con el cuarto, el cual se resistía a acceder a la Plaza de Toros. El que venía por detrás ha entrado, y al otro le ha costado más entrar. Finalmente, lo ha hecho al paso, y perdiendo las manos en el asfalto antes de acceder al coso.
En ese momento teníamos a dos toros en el ruedo negándose a entrar a toriles y al sexto en la calle negándose a andar. Situación complicada. Antes de cumplirse los diez minutos de encierro, uno de los toros ha decidido entrar a chiqueros, mientras que el otro se ha calentado y se ha puesto a romper las tablas de la Plaza. Se ha sudado mucho hasta que han podido conseguir que entrase, ya pasados los quince minutos de encierro.
Pero quedaba un animal en la calle y no había manera de que avanzase. Un toro que se ha ido al suelo en varias ocasiones, pastueño, completamente mermado y que, además, parecía carente de casta. Han sacado a doce bueyes a hacer el recorrido a la inversa para intentar llevarlo hasta la Plaza de Toros sin ningún éxito. Al final, con muchísima paciencia y mucho tiempo, entre tres corredores lo han ido llevando pasito a pasito. Los corredores con una vara y una chaqueta atada en ella. Tremendo todo.
Cuando por fin han conseguido que accediese al ruedo, le ha costado casi diez minutos entrar a corrales. Con esa situación sí había pastores en el ruedo, pero no dobladores. Los bueyes han tardado en salir de nuevo al ruedo para arropar a este lisiado animal hasta los toriles. Dudo mucho que el número 24 de José Vázquez pueda ser lidiado esta tarde, pero eso lo tendrá que decidir el equipo veterinario.
De esta forma ha concluido el interminable segundo encierro de las fiestas de Guadalajara 2025. Un encierro con mucha presencia de corredores en el que a los toros de José Vázquez les faltó fuerza, físico, raza y casta. Mañana más. Suerte a todos.