Cuatro del cuatro. Cuatro de abril, la cuenta atrás avanza a velocidad de vértigo y ya hemos pasado el ecuador de la Escalera Sanferminera. Para celebrar dicha fecha, quiero hablar del evento sanferminero con más encanto y magia, un acto al que me encanta acudir y que es uno de mis favoritos de las fiestas de San Fermín en Pamplona. En este peldaño quiero hablar del Encierrillo.
El encierrillo tal y como lo conocemos a día de hoy en Pamplona consiste en conducir a los toros, al anochecer del día previo a su carrera matinal, sin hora fija, de los corrales del Gas a los corralillos del Baluarte de la Rotxapea, es decir, de Santo Domingo. En esta carrera nocturna no intervienen los corredores, tan sólo toros, cabestros y los ángeles de la guarda a los que llamamos pastores.
Sin hora fija, sin luz y sin aparecer en el programa oficial de fiestas
Como digo, no tiene hora fija, tampoco aparece en el programa oficial de fiestas, menos mal. A esas horas de la noche se pueden ver las mismas caras en la cuesta detrás del vallado para ver el encierrillo muchos días.
El Ayuntamiento sortea cada año un puñado pequeño de pases para verlo, nunca he tenido la suerte de que me toque esa lotería. El encierrillo hay que verlo y disfrutarlo en absoluto silencio, cosa que el año pasado no se produjo todos los días. Por favor, respeten un acto tan importante.
¿Por qué es importante y por qué me gusta ir a verlo? Es importante por respetar la liturgia, por dejar que los pastores y los guardias se escuchen, por no interferir con los ruidos en los toros. Hay quien dice que lo que los toros hagan en el encierrillo no significa nada para la carrera del día siguiente, pues al no haber ruidos, ni gentío, es sin corredores, tan apenas hay luz, es casi de noche, es muy diferente todo al caos de las ocho de la mañana.
Sin embargo, a mí me gusta observar si los toros se adelantan, si alguno se queda rezagado, si uno se va por la derecha o por la izquierda, si alguno se sube a la acera, si van sueltos o hermanados… Me gusta observar los detalles del encierrillo para imaginar cómo será el Encierro que protagonizarán los doce animales. Dicho todo esto, hablemos de la historia del encierrillo y de las tradiciones que todavía se conservan en él.
El origen
El nacimiento del encierro fue algo no buscado, sino algo natural dadas las circunstancias de las épocas de siglos pasados. En aquellos tiempos, los toros navarros se trasladaban andando desde las fincas hasta Pamplona, como conté en el artículo de Germiniano Moncayola. Cuando llegaban a la ciudad, los astados descansaban en el Soto de Esquíroz, entonces, el Encierrillo nació como consecuencia de dividir el Encierro en dos etapas.
Cuando llevaban a Pamplona ganado de hierros distintos, para evitar peleas entre los toros, se habilitaban pastos distintos. En 1774, corrieron por las calles de la Vieja Iruña, toros de Manuel López de Salinas, de Ejea de los Caballeros, estos se quedaron en el Soto de Esquiroz. A su vez, llegaron a la ciudad toros desde Alfaro, del ganadero Manuel de Orobio, y estos se quedaron en el Soto de Multiva Baja.
Esto fue cambiante en los años. Por ejemplo, en 1780, los de Ejea pastaron en Esquíroz, los de Salamanca en Multiva Baja y los de Alfaro en el Soto de Cizur Menor. Luis del Campo documentó que en 1644 se llevaron desde Alfaro catorce toros para los sanfermines con la condición de que siguieran pastando las mismas hierbas y bebieran las mismas aguas.
Al anochecer, los bureles se sacaban del Soto y se conducían atravesando el Sadar, subían por la cuesta de la fuente del Hierro y, tras recorrer una parte de la Vuelta del Castillo, llegaban al prado de San Roque. Allí descansaban la última noche, antes de correr el encierro que comenzaba con la primera luz del día.
Siglo XIX
Hace dos siglos, el encierrillo quedó suspendido en varias ocasiones, seguramente por los cambios sufridos en la localización de las diferentes Plazas de Toros que ha tenido Pamplona. Sin embargo, a petición popular, el consistorio pamplonés quiso que los toros volvieran a ser conducidos por las calles de la ciudad.
En este siglo, comenzaron a lidiarse toros procedentes de tierras andaluzas, con la correspondiente rivalidad entre los toros de la tierra y los del sur del país. Estos astados tardaban en llegar a Pamplona entre dos a tres meses. Cuando llegaban, se hospedaban bastantes días en el Soto del Sadar para descansar y recuperarse.
Por esa época, el encierrillo se realizaba al paso, andando, con los toros acompañados de los bueyes y, cuando no los había, acompañados por reses vacunas. Hasta entonces no se habían escapado toros, ni tampoco se habían malogrado. Sólo los pastores podían realizar el encierrillo. Se tomaban medidas estrictas y rigurosas, tan sólo se toleraba que algunos mozos se subieran a los árboles del recorrido para presenciar el acto.
Pamplona comenzó a crecer mucho en este siglo y se comenzó a extender la ciudad y las edificaciones se multiplicaron. Así pues, el encierrillo comenzó a ser un problema; y tanto el propio encierrillo como el mismísimo encierro estuvieron en los debates que cuestionaban su eliminación. Argumentaban que ya el tren podía trasladar a los toros desde el campo a la ciudad.
Toros escapados en 1898
Esto se agudizó cuando en 1898 se escaparon toros. Ahí estuvo el Encierro de Pamplona y, por supuesto, el encierrillo, más en peligro que nunca de desaparecer. Fue un momento crucial y crítico, pero el consistorio pamplonés consiguió mantener esta tradición sin igual y transmitirla con tesón y orgullo a las siguientes generaciones.
En resumen, estos toros escaparon por una venganza. En Sevilla le habían colocado banderillas negras a un toro navarro. Eso fue una ofensa para el pueblo pamplonés y se tomó la justicia por su mano. Así que, cuando los toros de la viuda de Concha y Sierra corrieron el encierrillo, se desató el caos.
Unas hojas de lata y una caja llena de piedras agitada con fuerza armaron tanto ruido que lograron desmandar a todos los toros. Se organizó una búsqueda y captura. La corrida de ese 11 de julio no se celebró y la ganadera pidió que los toros volvieran a la ganadería.
La consecuencia de este suceso fue la creación de los Corrales del Gas. En esos momentos, el Encierro y la corrida de la tarde se cuestionaron por motivos de seguridad. Así pues, el Encierro se conservó y el Encierrillo sufrió grandes cambios por la creación de dichos corrales, que, al correr los toros entre murallas, no tenían posibilidad de escapar.
El Gas
Una compañía holandesa de gas compró los terrenos donde hoy en día están los corrales; la fábrica quedó sin uso en 1898 al instalar la luz eléctrica. Esto dio la oportunidad al consistorio de instalar ahí los corrales, que, además, por aquel entonces, estaban cerca de la estación de tren.
Los ganaderos navarros siguieron llevando los toros a pie hasta los sotos hasta 1929, mientras que los toros andaluces y castellanos eran desembarcados directamente en el Gas desde 1898. Los aficionados y aficionadas comenzaron a ir a ver cómo desembarcaban los toros. Esta tradición estuvo vigente hasta 1959, que dejó de ser público. También se suprimió la visita pagada a los corrales que hoy conocemos. Afortunadamente para todos, no fue durante mucho tiempo.
En los años 1917, 1922 y 1951 se escapó un toro del encierrillo. Además, se ha tenido que correr en varias ocasiones un segundo encierrillo a las 3 de la madrugada, más o menos, con un toro solo acompañado de los bueyes. Esto sucedía cuando los toros no querían salir del Gas cuando les tocaba o se volvían.
Encierrillo de Santo Domingo al Gas
En 2015 vimos como un toro de don José Escolar, Curioso, realizaba el encierrillo al revés para llevarlo de nuevo al Gas y conducirlo en camión hasta la Plaza de Toros. Fue el día del debut de esta ganadería en Pamplona, y el primero de los tres que se dieron la vuelta cuando llegaron a la línea roja.
Curiosamente, no fue el primer toro en realizar el encierrillo al revés. En 1924, 1932 y 1969, un toro, en cada uno de los años, se negó a abandonar los corrales de Santo Domingo cuando comenzó el Encierro de la mañana. El primero, en 1924 se corrió un segundo encierro con el toro que se quedó.
En 1932 el toro que se quedó hizo lo mismo que Cuentacuentos: también subió en solitario, acompañado de los cabestros escoba, hasta la Plaza de Toros. Sin embargo, el toro del 7 de julio de 1969, Tesonero, de la ganadería de Antonio Martínez Elizondo, hizo lo mismo que Curioso: realizó el encierrillo al revés. A ese toro lo lidió Francisco Rivera “Paquirri”.
Hubo otro encierrillo al revés, pero esta vez la misma noche del encierrillo a las tres de la madrugada. El 7 de julio de 1969, de nuevo, por error, corrió el sobrero de la corrida, así que llegaron 7 toros a los corrales de Santo Domingo. Es curioso que estos dos encierros al revés fuesen en un intervalo de pocas horas.
Itinerario y normas
Desde 1899 tenemos el mismo recorrido, que se acortó cuando se crearon los nuevos corrales del Gas. Nunca se ha reglamentado el encierrillo, ni ha tenido hora fija, lo único que se ha evitado es que coincidiese con los fuegos artificiales, para que los toros no se asustasen y alterasen. Antes se hacía después de los fuegos. Afortunadamente, tuvieron a bien cambiarlo al anochecer.
La orden de que comience el Encierrillo es del guardia municipal al toque de un cuerno. Por esto es muy importante que los espectadores guarden absoluto silencio. No hay cohetes, todo son ruidos tradicionales. Además, está prohibido sacar fotos con flash de la bella estampa de los toros subiendo a la luz de la luna por las orillas del Arga.
El destino del Encierrillo es el origen del Encierro: Los corrales de Santo Domingo, situados al comienzo de la maravillosa Cuesta donde, el día del último peldaño de esta escalera, se volverá a cantar rezando, se volverán a dar abrazos y se volverá a pasar miedo.
¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Ya Falta Menos
Vídeo del Encierrillo del 8 de julio de 2024 con los toros de Victoriano del Río, donde, como se puede apreciar, muchos espectadores decidieron no guardar silencio y no respetar la liturgia de tal maravilloso acto. Además, hace dos sanfermines, Pablo Sánchez nos hablaba del encierrillo y del Gas aquí.