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miércoles, 16 julio 2025

Entrevista a Borja Poch, herido el día 8: “El Encierro es como una amante: pura pasión, corazón y sentimiento”

Borja Poch es uno de los corredores más limpios con los que goza hoy en día la Estafeta y cayó herido el día 8 en el encierro de Cebada Gago. Borja, corredor discreto donde los haya, fue entorpecido por esa gente que se frena y no corre; tropezó y la manada le arrolló. Ahí se terminaron sus encierros en Pamplona de este año, pero no San Fermín, pues se ha quedado en la ciudad para poder seguir disfrutando con amigos, compañeros y familia de la fiesta más universal del planeta. 

Borja es uno de esos corredores que cada mañana se coloca delante de los toros en la infinita calle de los miedos y los sueños, pero también lo habrán podido ver brillando en la maravillosa curva de Postas con Real en San Sebastián de los Reyes. Una curva mágica la cual domina a la perfección.

Amigo de sus amigos, gran aficionado al encierro, transmite valores y respeto. Hablamos con él y nos habla del percance, de cómo se encuentra, del encierro, de la afición y de mucho más. Además, se muestra muy agradecido por todos aquellos que estos días se han preocupado, a diario, por él.

PREGUNTA: ¿Cómo te encuentras?

RESPUESTA: Particularmente , hoy me encuentro un poco dolorido y magullado… Llevo la nariz rota, una rotura de la clavícula con escápula porque el día 8, con Cebada, tuve una caída delante de la manada y me pasaron todos toros por encima. Fue como un atropello. Entonces me encuentro cada día un poco mejor, poco a poco, recuperándome con muchos calmantes y analgésicos, pero contento y feliz por poder estar con la familia y amigos en Pamplona.

En el encierro de Cebada, ¿Cómo fue la situación?

Fue un encierro como cualquier otro, pero sí que tuve una situación particular que me gustaría contar. Aunque no hablemos de religión, superstición y de señales que te da la naturaleza, me negaron tres veces la entrada por tres sitios distintos al encierro: primero, a las 7:30h en la Plaza Consistorial; luego, entré por el lado de la farmacia y no me dejó entrar la policía; y, por último, corrí por detrás del museo y tampoco me dejaron entrar. Me tuve que colar por la barandilla, desde bien alto, en Santo Domingo para poder entrar. No sé si fue una señal divina para que no entrara pero luego tuve el percance en el encierro. Noté que había muchísima gente, sobre todo cuando estaba empezando a correr

Tú corres en Estafeta… 

Corro desde un poco más adelante de la Bajada de Javier o desde la Bajada de Javier, según vea como me encuentre, hacia delante. Desde que empecé a correr, me notaba torpe sobre todo por cómo tenía la gente por delante y tuve un tropezón, que no he encontrado en el vídeo, pero lo he visto en algunas fotos, muy tonto. Me encontré de cara con la manada y me intenté arrastrar para sacar el cuerpo, no me dio tiempo. Cuando me pasó la segunda parte de la manada, noté pisotones en la cara y todo tipo de golpes y cuando me levanté, me eché la mano en la boca y estaba sangrando por la nariz. Me eché a la pared y cuando estaba ahí, algunos amigos me preguntaron que cómo estaba.

Además, se quedó un toro suelto…

Justo vi que quedaba un toro suelto y no me podía quedar ahí, entonces, fui al trote como podía. En ese momento, me toqué el hombro vi que tenía la bola de la clavícula fuera y fui corriendo unos 80 m o 100 m que quedaban hasta telefónica porque estaba la valla del Juanito, que es sólida, pero estaba la gente colgada porque estaba el toro suelto y no me pude colgar. Me llevó de la mano Daniel de la Morena, gran amigo, y me pude meter hasta la talanquera, a la derecha. Ahí fue donde primero remató el toro en telefónica. Estaba en el suelo y vi al toro rematando. Gracias a dios y a los medios que tiene Pamplona cuando te pilla un toro o cuando te pasa cualquier cosa; son los mejores. Me atendieron muy rápido y me llevaron en ambulancia hasta el hospital.

¿Cuándo empezaste a correr el encierro?

Vamos a remontarnos un poco atrás en el tiempo. Recuerdo conocer el encierro desde que tengo uso de razón. Veo el encierro desde que era muy pequeñito en la cama de mis padres a las 8 de la mañana el encierro de Pamplona. En mi casa mis padres no tienen tradición en ver encierros, sí que les gusta ver a los toros, pero nada más. Tiempo después, a través de unos amigos y de situaciones iba a las fiestas de los pueblos de alrededor del mío, soy de Torrijos, en Toledo y conozco el encierro de Gerindote, que es un pequeño pueblo al lado de Torrijos. Yo empecé con 13 años a correr ese encierro.

Después, con 14 o 15 años empecé a correr los encierros en los pueblos de los alrededores, a los cuales algunas veces madrugaba mucho para ir en bici o ciclomotor cuando tenía licencia. Eso me empezó a gustar. Mi padre empezó a decirme: “Voy a ir a verte a los encierros”. Más adelante, me vio corriendo en la cara de los novillos y me dijo: ”no te voy a dejar ir más porque te lo tomas en serio”.

¿Cuál fue tu primer encierro fuerte?

El primero fue en San Sebastián de los Reyes. Estaba estudiando en la Universidad de Madrid y había terminado exámenes. Mi padre me llevó en 2013 a Sanse y ahí me di cuenta de lo que era un encierro con gente, porque hasta entonces había corrido encierros en los pueblos y no tiene nada que ver. Eso sí, te enseña muchísimo más porque entiendes más el comportamiento del toro y del animal. Entonces, los que hemos corrido en pueblos entendemos mucho mejor cómo funciona el hecho de correr un toro 5 o 10 metros cuando va deprisa. Entiendes muchos comportamientos y entiendes mucho mejor cómo hacer ciertos movimientos para salir de la carrera.

Y por ejemplo, en Pamplona corres en Estafeta, pero allí corres en la maravillosa curva de Postas con Real…

En Sanse corro en la curva desde hace dos o tres años. La curva es mágica porque, para empezar, en Sanse tienes un poco menos de masificación de gente que en Pamplona. Tienes bastante tranquilidad de hacer lo que quieras sin depender de lo que pasa con la gente de al rededor. Entonces esa curva es preciosa porque tienes esa libertad de poder ir en el exterior yendo casi solo y luego ese arranque de carrera en la que los toros, cuando ven la apertura que tiene la calle Real, ven mucha luz, por lo que pegan un arranque muy fuerte. Hay veces que lo hacen y tienes que salir muy deprisa y hay otras veces que puedes arrancarte hasta mitad de la Calle Real y es muy bonito.

¿Qué te aporta Sanse?

Sanse tiene esa magia que compruebo desde que corro en 2013. Soy un enamorado de esa calle, y no es por hacer un feo a Pamplona, pero para mí en la Calle Real de Sanse, me da unos sentimientos que están a la altura de los que me da la Estafeta de Pamplona. Además, disfruto.

Y tu primer encierro en Pamplona, ¿Cuándo llega?

Llega el año 2015. Terminé exámenes y tuve tres días libres para venir a Pamplona, me trajo mi padre. Vinimos a correr dos encierros. El primer encierro fue Garcigrande y Domingo Hernández, en el cual tuve buena sensaciones porque me vi delante. Ahí sentí lo que era la masificación.  Había aprendido que lo único que había que hacer, después de leer mucha Chapu y a otra gente, era mantenerse en el centro de la calle. Luego el día 14, el encierro de miura…

En el encierro que tiene el récord en velocidad… 

Sí. De ese día, se me están poniendo los pelos de punta al contarlo, tengo una foto en Diario de Navarra con Sergio Colás, al cual admiraba y el titular rezaba: “Miura: leyenda y marca”. Tuve una carrera muy maja con los Miura en mitad de Estafeta. Hubo muchos amigos diciendo con sus padres en casa: “¡Es Borja,  es Borja! ya que no sabían ni que estaba. Después de ese encierro me eché a llorar en la talanquera; mi padre me llamó y me dijo: “Borja, por favor, no hagas esto más”. y le dije que era a lo que había venido. Ese encierro me marcó mucho.

¿Cómo has visto la evolución del Encierro de Pamplona en estos 10 años, de 2015 a 2025?

Incluso llevando poco tiempo, porque me considero novato a pesar de que mucha gente me considera experimentado y que soy de los corredores habituales, la evolución la he visto, sobre todo, desde 2023, con muchísima masificación, sobre todo en la Calle Estafeta. Hay mucha gente parada delante del animal. Esto no es una crítica ni una excusa para que no hagamos unas carreras porque los que estamos siempre somos capaces de encontrar un hueco, pero sí que es una lotería para que poder tener un desastre como el que tuve el otro día.

Por un lado tenemos a la gente que se queda parada, que entra como espectadora que la mayoría son guiris, y luego está la gente que es corredora pero que no lanza las carreras y se frenan. Esa gente es igual de peligrosa que los guiris…

Estoy de acuerdo y no es a malas por esta gente, cada uno puede como puede y como lo intenta. Nunca se debe cerrar el encierro de Pamplona a toda la gente que tenga afición, que quiera sentir lo que se siente en el encierro y pueda correr delante de los toros, pero sí que es verdad que, cuando empecé a correr en la calle Estafeta, tenía mis medios para poder correr. Ahora estás más nervioso por saber cuánta gente vas a tener que apartar, saltar y brincar en un momento en el que no puedes casi ni pensar. Cuanto más rápido vengan los toros, mejor es para el corredor.

¿Qué es el encierro para ti?

Te lo voy a decir como se lo cuento a mis amigos. Yo tengo una afición principal que es la caza. Es para lo que vivo y lo comparo como que la caza es mi mujer y el encierro es mi amante. Cuando era más joven, sí que podía ir a muchos más encierros. Ahora estoy resignado a Pamplona, Sanse y algunos pueblos cuando tengo algún hueco en fin de semana, tengo un hijo de seis meses y una niña de dos años, una casa que reformar todavía, a mi mujer… por lo que se va haciendo más complicado. Pero para mí el encierro es como el sentimiento que tienes con un amante cuando te encuentras con ella,  (risas) si se puede expresar así. Es pura pasión, puro corazón, puro sentimiento. Hay gente que me pregunta si te preparas físicamente y les digo que la preparación es mental

¿El encierro se corre con la cabeza con las piernas o con el corazón?

Si tuviéramos que poner un 10 son: cuatro de corazón, cuatro de cabeza y dos de piernas.

¿Qué es San Fermín para ti?

San Fermín es una fiesta que he conocido desde pequeñito a través de la televisión por el encierro, es decir, para mí San Fermín es la tauromaquia, la Feria del Toro. Además, cuando he podido venir más, he tenido una buena acogida por amigos de Pamplona; nos conocemos del encierro y nunca me ha faltado casa, en sentido figurado. Para mí es un refugio y un cambio de aires en el cual me siento a gusto, contento y feliz.

¿Siempre has corrido de blanco?

No siempre he corrido de blanco, pero porque tampoco había tenido la sensación de necesidad de hacerlo. Tenía un polo rojo que era de una asociación taurina de un colegio mayor donde yo estudié. Y salía a correr con ese polo en muchos sitios. Creo que fue en el 2018, el último día de Miura, cuando corrí con un polo blanco en vez de rojo y a partir de ahí dije: “quiero venir así”, porque para mí el encierro de Pamplona no va de ese protagonismo de sentirte tú solo delante del toro y ver donde me encuentro en una televisión.

Hay gente supersticiosa…

Puedo entender que la gente tenga una camiseta amuleto, lo respeto, pero vi que tenía que ser un anónimo en el cual en encierro fuera uno más. Entonces, mantengo la vestimenta en otros encierros porque me siento identificado por el blanco puro, me parece elegante y sencillo, y en Pamplona es lo que tienes que hacer. No entiendo por qué mucha gente corre con otro color en la camiseta el encierro y luego en la fiesta se pone de rojo y blanco. Sería tan bonito ver una carrera Pamplona que solo se vieran relevos camisas blancas y fajines rojos…

Chapu dice: “yo no soy nadie en el encierro de Pamplona, pero el encierro de Pamplona es todo para mi”…

Eso es totalmente cierto.

¿Tienes ganadería favorita?

No tengo ganadería favorita, pero sí que tengo un sentimiento especial por Miura, que fue el primer encierro bonito que pude correr en Estafeta. Uno va teniendo ganadería favorita en función de las carreras bonitas que haga y que tenga, pero si tengo que elegir una especial: Miura. Es ver cómo miras para atrás, eso toros que solo de patas tienen un palmo más que el resto de toros por el encaste que tienen y por la cabeza que tienen que, aunque no tengan una cornamenta tan larga como los otros, sólo las mazorcas son como un bíceps de un humano.

Muchas gracias, Borja. Pronta y buena recuperación. 

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