ENCIERROS DE SANSE
La cabestrada impone su ley en el octavo y último encierro de San Sebastián de los Reyes 2024. Los de Matilla, desaparecidos.
En la mañana de este domingo se ha celebrado el octavo y último encierro de las fiestas de San Sebastián de los Reyes 2024 en honor al Santísimo Cristo de los Remedios. Último cartucho para conseguir alcanzar el centro de la calle delante de los toros, último cartucho para despedir este ciclo de encierros con un buen sabor de boca. Pero no. Iba a decir que el encierro ha sido protagonizado por los toros de Hermanos García Jiménez, es decir, de Matilla, pero tampoco. Ha sido la cabestrada de Florito la que ha protagonizado esta última carrera, dejando a la mayoría de los corredores con un sabor agridulce en el paladar.
Todo esto junto era una bomba de relojería: por un lado, los corredores con ansias de despedirse bien, por otro los bueyes impidiéndolo. Resultado: mucha pelea en las pocas opciones que ha habido. A pesar de esto, alguna carrerita buena hemos visto. Contemos lo sucedido:
Octavo y último encierro de San Sebastián de los Reyes 2024:
Con puntualidad taurina, ha subido el último cohete al firmamento madrileño para anunciar el comienzo de esta última carrera. Los bien enseñados y gigantes cabestros de Florito han tomado la iniciativa y se han puesto a mandar desde el primer momento. Cuatro bueyes abriendo mientras los toros iban por detrás metiendo la cara a los lados y a la nada, muy estirados y abiertos.
En el inicio de Real Vieja, las carreras suelen ser más breves por la pendiente ascendente del tramo y porque los toros salen con toda su fuerza, todavía enteros, con hambre y, curiosos, tienden a mirar mucho a los lados. Hoy no podía ser menos; han mirado y mucho a los corredores que por los laterales subían corriendo. Además, iban muy sueltos por detrás, poniendo mucha emoción en la calle.
Como digo, los mozos subían corriendo por los laterales, alguno incluso dando un pasito más hacia el centro de la calle. Estaba muy complicado por el peligro que transmitía la carrera, pero han podido disfrutar de unos momentos de los toros, con carreras cortas, pero muy meritorias.
Especialmente cuando el toro que iba más adelantado, justo detrás de los cuatro enormes bueyes, se ha cruzado hacia el lado derecho, comprometiendo mucho a los corredores. Estos le han aguantado muy bien. Ha sido emocionante y muy bonito.
Los astados seguían ascendiendo por Real Vieja y cada vez metían todos más la cara: el segundo y el tercero por la izquierda, especialmente este último que giraba el cuello completamente; y el último, el cual la metía a los dos lados, llegando a cruzarse al lado derecho. Muy emocionante, precioso de ver y complicado de aguantar. Mucho mérito los tramos en los primeros tramos en la mañana de este último encierro.
La manada se hermana con la cabestrada mandando
En la curva de Real Vieja con Postas, sólo uno de los animales ha rozado un poquito el vallado ciego y, por segundo día consecutivo, la manada se ha reagrupado, hermanándose y complicando muchísimo las carreras.
Varios mozos, muy bien colocados por el centro de la calle, le han recetado unas fabulosas carreras al primer toro que asomaba por el medio de los dos primeros bueyes. El resto de los morlacos han ido tapados en la calle Postas por la cabestrada; a pesar de eso, por el lado izquierdo, algunos mozos han podido firmar alguna carrera lateral.
La maravillosa curva de Postas con Real no podía despedirse sin dejarnos, una vez más, preciosas imágenes en la retina para conservar todo el año. Antes de narrar cómo se ha corrido con el primer toro, diré que el segundo ha resbalado y ha caído en la curva, tropezando el toro que venía por detrás con él. Cuando se ha levantado, ha quedado girado en dirección contraria, pero ha sido un suspiro, y en nada han retomado la carrera siguiendo a sus hermanos y la cabestrada. Volvamos a la cabeza de la manada:
El último día, la curva de Postas con Real tampoco defrauda a pesar de la cabestrada
Un gran corredor habitual, que muchas veces corre este tramo y otros también, del que hemos hablado mucho por aquí, ha visto lo complicada que llegaba la manada, ha visualizado la única opción de ponerse delante y, en el mismo vértice de la curva, nos ha dado una masterclass de cómo coger esa curva y salir colocado en la cara del toro para enlazar la carrera por la calle Real. Sólo había una oportunidad, sólo había un toro. Él lo ha conseguido, una vez más. Una fantasía. Pura magia.
De esta fantástica forma ha comenzado corriendo delante de ese toro durante unos cuantos metros por la calle más masificada del encierro, es decir, la calle Real. Los dos bueyes delanteros han comenzado a tapar el hueco de este toro, dejando al corredor sin casi posibilidades. A su vez, otro mozo le ha empujado hacia el lado derecho y ha perdido el sitio en la carrera. Luego ha intentado meterse dentro de la manada por la parte trasera, como ayer, pero ha sido misión imposible. Una pena.
Mientras tanto, en los primeros metros de la calle, el último toro ha abierto un poco de hueco, que también ha sido aprovechado por un joven y buen corredor navarro durante unos pocos metros. Hasta que, también en esta ocasión, los bueyes han vuelto a tapar ese hueco.
En cualquier caso, aunque cortita, ha sido una carrera muy bonita y muy meritoria. Mucho mérito porque cuando los toros han pasado por la mitad de Postas, él se ha tenido que subir al vallado izquierdo de lo que barbeaban. Ha salido como un cohete detrás de la manada y ha conseguido ese hueco al comienzo de Real. Increíble.
Muy complicado, casi imposible
El encierro cada vez se complicaba más: mucha gente con piernas, ganas y corazón dispuesta a entrar en las astas, pero las astas estaban inaccesibles. Los mozos lo único que veían era una mole de enormes animales berrendos en colorado que tapaban a los bureles.
Sin embargo, ha vuelto a aparecer un joven corredor de la cantera navarra, impecablemente vestido con su camisa blanca y periódico en la mano, que ayer brilló en la curva de Postas con Real, y que ha visto la oportunidad de meterse, por el lado izquierdo, junto al primer buey y delante del primer toro. No lo ha dudado; con decisión se ha colocado en ese lado para firmar una carrera delante de ese morlaco en todo lo que quedaba de calle Real. Ha sido la única opción de coger toro en este punto del recorrido.
Al llegar a la curva con Estafeta, los animales la han cogido todos por el interior, cerrándole el paso a este mozo, el cual ha tenido que interrumpir momentáneamente su carrera. ¿Por qué digo momentáneamente? Porque este corredor es infatigable, tiene casta y la mente muy despierta.
Ha acelerado, ha acortado la trayectoria respecto a los toros, pues estos se han abierto en la salida de la curva, y de esta forma, ha conseguido adelantarlos para colocarse lateralmente delante del quinto burel unos pocos metros por Estafeta. Firmando así su segunda carrera del día. Extraordinaria mañana, una vez más, la de este mozo, además en un día complicadísimo para correr. Grande este corredor y grande la cantera navarra de corredores.
En Estafeta, más de lo mismo
No ha sido el único que se ha arrimado a las astas en la curva de Estafeta, pero era casi misión imposible tal y como iban de arropados. Además, se han producido muchas caídas a lo largo de todo el recorrido; Estafeta no iba a ser menos, pues es el lugar donde más vemos cada día.
En el resto de Estafeta, más de lo mismo: bueyada imponiendo su ley sin piedad ni compasión con los corredores. En la bajada al callejón, por momentos parecía que se podía abrir algún hueco lateral y algunos han aprovechado para meterse ahí, pero seguía siendo complicado, casi misión imposible.
De esta forma han llegado a la plaza, donde la manada al completo ha estado un buen rato en el centro del ruedo mirando a las gradas. De esta forma ha concluido el octavo y último encierro de las fiestas de San Sebastián de los Reyes 2024. Un encierro donde la cabestrada les ha birlado la fiesta a los mozos, complicando en exceso el poder correr en las astas de los toros.
Habrá que esperar a enero para volver a disfrutar corriendo delante de los toros por las calles de la siempre acogedora San Sebastián de los Reyes. Recordad, en enero un pequeño aperitivo con dos maravillosos Encierros Blancos.
Hasta el año que viene, Sanse.