Seis toros de Alcurrucén, el encaste Núñez de los hermanos Lozano, han sido los encargados de protagonizar este sábado el tercer encierro de la Feria Taurina “La Antigua” 2025 de Guadalajara. Con las calles abarrotadas y la Plaza de Toros hasta la bandera —muchos se han desplazado hasta la capital alcarreña para correr o presenciar la carrera— hemos vivido un precioso encierro donde las grandes carreras han dominado el recorrido. Vayamos por partes y contemos lo sucedido en el tercer encierro de Guadalajara 2025:
Tercer encierro de Guadalajara 2025: Alcurrucén
A las 8 de la mañana, los doce animales han salido de los corrales para enfilar la Cuesta del Reloj y acceder a la calle Mayor para dar comienzo al tercero de los encierros de este año. Como viene siendo habitual esta semana, la cabestrada al completo ha llegado por delante y al paso a la apertura del último portón. Los seis morlacos, también al paso, les seguían por detrás.
Así pues, al primer contacto con los corredores han llegado los seis bueyes por delante y unos metros por detrás los seis toros hermanados, uno de ellos metiendo un poco la cara al lado derecho. Sin embargo, estos primeros mozos no han desaprovechado esa distancia que se ha abierto entre mansos y bravos y han firmado las primeras carreras de la mañana. Carreras cortas por la exigencia del tramo, pero muy bonitas y meritorias, encontrando el sitio. Carreras con distancia y apurando la retirada cuando los morlacos les daban alcance. La primera de estas carreras ha venido de la mano de un pamplonés habitual de los primeros tramos que ha estado sensacional.
Hoy los toros sí tenían ganas de correr, en especial cinco de ellos, y pronto han adelantado al último de los cabestros y se han pegado a los cuartos traseros de la cabestrada en cabeza. Pero la Calle Mayor tiene anchura y hoy había grandísimos corredores dispuestos a encontrar los huecos imposibles para ofrecernos su buen hacer firmando carreras extraordinarias.
Así lo ha hecho un joven navarro que se ha metido en la cara de los bravos antes de terminar la primera mitad de la calle, antes de llegar a Santo Domingo, y con ellos respirándole en los riñones, ha avanzado muchos metros en una elegante carrera de mucha clase hasta que uno de los toros se ha abierto por el lado izquierdo, apretando y obligando a la retirada. Una retirada limpia y perfecta, como su carrera.
El relevo se lo han tomado dos corredores, especialmente un corredor de Cuéllar, el cual, también con mucha elegancia, ha corrido casi en medio de la manada también bastantes metros. Otra maravillosa carrera con mucha maestría en la retirada. En esos momentos, la conformación de la manada había cambiado: los toros se habían hermanado con los cabestros, yendo los bueyes por la parte derecha y los bravos por la parte izquierda de la carrera. Además, ese momento un mozo ha caído al suelo en la cara del primer buey, la manada le ha pasado por encima y uno de los toros ha metido la cara abajo a su paso; afortunadamente, sin consecuencias.

Al corredor de Cuéllar, el relevo se lo han cogido varios corredores: dos navarros y uno de Miraflores de la Sierra. Los dos navarros se han colocado perfectos delante del primer burel, firmando una carrera al alimón sumamente bella y larga, más clase en la calle. Además, este toro iba ganándoles metros a los cabestros a cada paso y en ese momento ha terminado por adelantarles.
El mozo de Miraflores es uno de estos corredores tocados por la varita mágica que ven las cosas muy claras en carrera y encuentran los huecos imposibles a la mínima. Y así lo ha hecho, se ha metido detrás de ese primer toro y por delante de los siguientes. Y ahí, en medio de la manada, ha ejecutado una preciosa y meritoria carrera de unos pocos metros, no muchos, puesto que los morlacos le han apretado y ha optado por la retirada limpia.
Pero aún tenía mucho que decir, y ha esperado al último de los toros, que venía sueltecito por detrás —y al cual también le estaban firmando una preciosa carrera— para colocarse delante de él por el centro de la calle y volver a firmar otra carrera con elegancia, gusto y clase hasta que ha llegado a la primera de las curvas de noventa grados y, bueno, ha tenido que forzar la retirada. Sensacionales las dos carreras.
En las tres curvas consecutivas, la manada se ha estirado muchísimo y ha salido abierta de ellas, con lo que los huecos y la disposición de los animales ha vuelto a cambiar en Capitán Arenas. Ahí esperaban para correr delante de los morlacos muchos más grandes corredores, que han vuelto a demostrar su talento y arte. Al comienzo de esta calle han sido varios los que se han ido dando relevos, algunos metidos en medio de la manada, otros con el último toro, pero todos firmando buenas carreras. Muchos han sido los corredores que han podido disfrutar de correr en la cara de los toros, haciendo disfrutar al respetable.
Centrémonos en dos de esas carreras. Dos jóvenes navarros, con el mismo pañuelo a cuadros de su peña en el cuello, se han colocado delante de los toros al comienzo de Capitán de Arenas, y con ellos se han ido hasta el mismo albero del Coso de Las Cruces. Al final, han pasado por el estrecho callejón de acceso al ruedo juntos, también en una carrera al alimón perfecta, con respeto, sin molestarse, con mucha clase, con extraordinaria elegancia y talento.
De esa forma, el numeroso público que se ha congregado para ver el encierro —y la posterior suelta de vaquillas— en la Plaza de Toros ha podido contemplar una entrada preciosa al albero de dos mozos entrando a los toros mano a mano, abriéndose al final en abanico uno para cada lado de la plaza. Maravilloso. Perfecto.
Hoy los toros apenas se han entretenido en el albero y, tras alguna mirada a los tendidos, han accedido rápidamente a los chiqueros. Así ha concluido este brillante tercer encierro de Guadalajara 2025, donde la clase y la elegancia de los corredores se han hecho presentes frente a las caras de los seis de Alcurrucén.
Gracias por estas precisas palabras donde detallas lo acontecido día tras día.
Ohhh! Muchísimas gracias a ti por tus palabras Xto, de corazón. ¡Un abrazo!