A las puertas de San Fermín
‘Celebrando 65 años de grandeza y pasión: la historia de la Feria del Toro de Pamplona’
A comienzos de 1959, la Casa de Misericordia inició los preparativos para confeccionar el cartel de toros y toreros de las fiestas de San Fermín. Las negociaciones con los apoderados de los toreros Dominguín y Ordóñez resultaron ser complicadas y, ante las exigencias económicas y logísticas, la Meca decidió prescindir de ellos y centrarse en asegurar la mejor presentación de las reses.
Así nació la Feria del Toro, con su primera edición en 1959. El cartel anunciador fue encargado al prestigioso pintor sevillano Martínez de León, cuya obra tuvo un éxito clamoroso, acompañando incluso a la caravana publicitaria de la Vuelta a España. Hablaremos del cartel de esta 65 edición en la siguiente entrega, pero, de momento, vamos a hablar este aniversario.
Desde entonces, La Meca tiene por costumbre contratar primero las ganaderías, y meses después se adjudican los matadores a cada una de ellas, confeccionando de esta manera cada feria.
Dicho esto, la Feria del Toro tomó un cariz completamente torista, por Pamplona pasaban las mejores ganaderías, las más duras y, de estas ganaderías, las mejores cabezas, los toros con mayor trapío y mejor presentación.
Incluso, a partir de 1962 con el cambio del reglamento nacional taurino la Casa de Misericordia decidió pagar una prima por cada ejemplar que, en el reconocimiento postmortem, presentara ocho dientes totalmente desarrollados, garantizando así la lidia de toros con la edad requerida. Esta medida supuso un aumento del 20% sobre el precio acordado y se mantuvo la rigurosidad en la selección de los toros.
Así pues, en este 65 aniversario recordemos antes de empezar el porqué del nombre de esta feria, recordemos la categoría de Pamplona y recordemos que a Pamplona tiene que venir lo mejor de las mejores.
La Feria del Toro es mucho más que una serie de corridas de toros; es una celebración de la cultura, de la vida, de la pasión y del respeto por el toro. A lo largo de estos 65 años, la feria ha mantenido su prestigio, adaptándose a los tiempos, intentando no perder nunca su esencia, aunque el año pasado vimos algunos astados que no eran dignos de esta feria…
Mientras escribo esto pido y deseo que todos los animales que lleguen a los corralillos del Gas la próxima semana sean todos y cada uno de ellos dignos de la Feria del Toro, que hagan honor al nombre de la feria, que la respeten y la dignifiquen con su trapío y presentación, y si no es mucho pedir también con su comportamiento. Que los espectadores y aficionados cuando enciendan cada mañana el televisor y vean a los morcalos sientan miedo, respeto y orgullo, que piensen que cualquiera no puede enfrentarse a ellos.
A pocos días de que comiencen las mejores fiestas del mundo y con un nudo en el estómago presente desde hace días, sueño con que sea una gran 65 Feria del Toro, donde podamos disfrutar de grandes encierros y donde toros y toreros triunfen cada tarde.
Sueño con que Pamplona y su Feria del Toro sean siempre respetadas, valoradas y admiradas por todos aquellos que aman esta bendita fiesta.
Sueño con que cada toro que salga al ruedo nos recuerde por qué esta feria es tan especial, por qué nos emociona y nos llena de orgullo. Porque en Pamplona, el toro es el rey y la feria, su reino. Que cada tarde sea un homenaje a la grandeza del toro, al arte, a la cultura y a la valentía.
¡Mucha suerte a todos! ¡Viva la Feria del Toro! ¡Y viva Pamplona!