La ganadería salmantina se alza con el prestigioso premio en una votación muy reñida, en reconocimiento a su vibrante debut en San Fermín
En la tarde de ayer jueves, en el Nuevo Casino Principal de Pamplona, tuvo lugar la votación para la vigésimo quinta edición de la “Alpargata de Honor”. Un premio que concede dicho Casino desde 1999 al mejor encierro del año anterior, con los encierros de 1998 como primeros galardonados. En el acto se visionaron en pantalla gigante los ocho encierros de 2024, para que el jurado popular —compuesto por socios y aficionados— pudiera valorar el comportamiento de los toros en las ocho mañanas y adjudicar su voto.
Tras una votación muy reñida, la ganadería vencedora fue la de Domingo Hernández, en el año de su debut, por su encierro del 11 de julio de 2024. En segundo lugar, quedó el encierro del último día, el de Miura y, como digo, la votación ha sido muy disputada: no hubo fumata blanca a la primera.
Se da la circunstancia de que Domingo Hernández este año no repite, así que la casa ganadera tendrá que viajar expresamente hasta Pamplona en los próximos Sanfermines para recoger tan prestigioso y merecido galardón.
Difícil papeleta tenía el jurado, puesto que los dos encierros con más votos fueron dos carreras espectaculares, cada una a su estilo, cada una con sus motivos, ambas con emoción, ambas con el toro como protagonista y ambas con carrerones. Complicado. Resumamos los motivos que ha podido tener el jurado para decantarse finalmente por ese quinto encierro de las pasadas fiestas de San Fermín y concederle la “Alpargata de Honor” 2024.
Genovés protagonista de ese 11 de julio de 2024
El año pasado tuvimos que esperar a ese encierro, al quinto, para ver a los toros liderando la carrera. Genovés puso la emoción y el peligro en la Cuesta de Santo Domingo, recordando a su hermano “Avenero” en 2014. Sin embargo, esta vez no hubo que lamentar las cogidas que protagonizó aquel morlaco que puso a volar Santo Domingo. Genovés, nº 36, no los puso a volar; tan solo a bailar, con una ascensión espectacular y vibrante por esa Cuesta que apunta al cielo. Los mozos brillaron ahí abajo y nos deleitaron con muy buenas carreras.
En el Ayuntamiento, atropellos. Genovés aumentando la distancia, el resto de la torada muy estirada y partida. Precioso. Y preciosas también las carreras de los mozos. En la Curva y en la primera parte de Estafeta, cuatro toros por delante, con huecos, metiendo las caras. Los dos últimos bureles, medio sueltos a unos metros, con huecos también, pero de los que cuesta meterse por las miraditas. Emocionante. Los corredores deleitándonos con obras de arte.
La manada llegó disgregada y muy abierta a los últimos metros de la calle, y en esa parte final pudimos seguir contemplando buenas carreras. Hubo muchos huecos y también algunos sustos: caídas, atropellos y una gran velocidad. En apenas dos minutos desde que sonó el cohete, los toros pisaron el albero de la Plaza de Toros de Pamplona.
Fue un encierro realmente emocionante, muy vistoso, muy plástico y muy bonito. También accidentado: demasiadas caídas y atropellos. Pero, sobre todo, vimos al toro mandar en todo el recorrido, con esa sensación constante de peligro del toro bravo.
A pesar de que la competencia era altísima —el encierro de Miura fue una auténtica maravilla, que no me canso de visualizar—, la “Alpargata de Honor” de los encierros 2024 se va a manos de la Ganadería Domingo Hernández. Enhorabuena y gracias por esa belleza de encierro.
Crónica y vídeos del encierro de Domingo Hernández 2024, pinchando aquí.