SAN FERMÍN – ENTREVISTA A VÍCTOR NAVAS
Entre nervios, orgullo y toros: Víctor Navas, pastor del Encierro de Pamplona
Cada día de San Fermín, a las 6 de la mañana, los pastores de Pamplona comienzan su jornada laboral para tener todo preparado a la hora del encierro. Jornada que termina pasadas las 10 de la noche después del encierrillo, que es uno de los actos con más encanto de las fiestas.
Entre sus muchas funciones durante estos días tan largos, posiblemente, la más importante sea conducir a los toros sanos y salvos desde los corrales de Santo Domingo hasta la plaza de toros cada mañana a las 8. Desde 2015, gracias a una normativa municipal, son la autoridad en la calle. Así que, hay que atender a cualquiera de sus indicaciones y no entorpecer su labor. No obedecerles es objeto de denuncia.
Nos hemos reunido con uno de ellos en el patio de caballos de la plaza de toros de Pamplona justo antes del apartado en un día muy especial para él. Víctor Navas, riojano, lleva dieciséis años desempeñando estas labores. Este día es especial ya que ha doblado su responsabilidad en la mañana de hoy.
A las 8 ha corrido como cada mañana en su tramo del comienzo de Estafeta detrás de la manada y a las 11 de la mañana su hijo Aaron ha participado en el tentadero de erales de las Hermanas Azcona dentro de las actividades de “Toros en Familia” que promueve la Casa de Misericordia con entrada gratuita para todo el mundo.
Día de orgullo y día de nervios, pues su hijo se estrena en público en la plaza donde tantas horas ha pasado de niño y tantas veces ha jugado ahí al toro. Nos atiende, precisamente, después de esta especie de “clases prácticas” que ha presentado el Maestro Dávila Miura y nos habla de todo, del encierro, de su hijo y del toro.
Un encierro veloz
El encierro de hoy ha sido accidentado y rápido, Víctor Navas nos comenta sus impresiones. “El encierro de hoy ya sabíamos que era uno de los más rápidos, teníamos esa previsión de que iba a ser rápido, aunque ayer en el encierrillo fueron bastante lentos. De los que he visto en los últimos años, podríamos decir que es de los más lentos, pero luego han cumplido con lo que son estos toros y ha sido rápido.”
Lo mejor es que en la calle ha tenido buenas sensaciones: “Igual en la sensación de correr sí, pero el conjunto en general creo que no ha ido a mal, no sé los tiempos de hoy ni nada porque no he visto el encierro aún, pero lo he visto bastante bien.”
Más corredores, más pelea, más caídas
Hoy, más que estos días de atrás, la calle ha tenido más aglomeración de corredores y tal vez menos participantes, así nos explica Víctor el ansia de toro que ha visto en la calle: “Había más corredores y menos gente de la que estorba entre comillas. Participando hemos visto que había muchos huecos antes de empezar, pero en lo que es el toro en carrera ha habido muchas caídas y mucha aglomeración porque todo el mundo quería coger toro porque pensaban que hoy era el día de coger toro.”
Padre de novillero
Como bien contaba al inicio del artículo, hoy Víctor tenía otro frente a las 11 de la mañana, igual o más importante para él que el propio encierro. Así nos ha contado cómo ha visto a su hijo en la mañana de hoy, y de paso también a sus compañeros y a los novillos de la ganadería navarra de Hermanas Azcona:
“Hoy hemos tenido doble responsabilidad. Ha habido unas clases prácticas con cuatro novillos de las Hermanas Azcona donde ha estado primero, por orden de antigüedad, Nabil ‘El Moro’ con un primer novillo que ha sido muy bueno y ha estado bastante bien con él; luego ha estado Bruno de la escuela de Huesca, aunque es de aquí de Pamplona también y ha estado bien también, han estado todos muy bien; después Pablo Hernández y luego para terminar mi hijo Aaron con un novillo con mucha clase y poca fuerza, se metía un poco por el pitón derecho pero, aunque molestaba un poco el viento, no ha estado mal. A mí me ha gustado, me ha gustado bastante.”
Del jugar en el patio de caballos a debutar con público en Pamplona
Aaron comenzó a frecuentar el encierro cuando apenas era un niño. Víctor recuerda cómo su hijo, al igual que muchos otros jóvenes, soñaba con el toro y con dedicarse a esta profesión tan difícil y sacrificada. “Empecé de pastor en 2006, cuando él tenía año y pico. Desde entonces empezó a subir por aquí, durante muchos años ha dormido aquí -en la plaza de toros- con nosotros todos los sanfermines, se le ha visto por aquí por el patio de caballos jugar, correr, cuando tenía cinco años, seis, siete… hasta la actualidad casi. Luego decidió viendo a los chavales que toreaban y películas de toros que quería ser uno de ellos. Y ahí está, en el camino.”
Para Víctor, ver a su hijo delante de los toros es más complicado que poner orden en el encierro. “Es duro, es duro… Si yo salgo sé lo que puedo hacer, no me pongo nervioso, sé que estoy delante del toro o delante de lo que sea y no me cuesta, pero saber que está el hijo ahí me cuesta bastante.”
Un fin de semana por delante
Con el fin de semana a la vuelta de la esquina, Víctor anticipa que los encierros de estos días no serán fáciles, pues la afluencia de corredores posiblemente aumente. “El fin de semana va a ser mortal porque, aunque sabemos que va a haber menos franceses y tal, creo que habiendo dos fines de semana la gente va a rematar con el segundo, va a ser la hostia. Porque si remata entre semana puedes prever que haya más gente porque acaba, pero rematando en fin de semana creo que va a ser una locura de gente.”
En cuanto a los toros, Víctor nos comparte sus impresiones de las ganaderías que faltan y reconoce que todo puede suceder. “Más o menos las ganaderías creo que irán en su línea todos los encierros. Con Jandilla no sé, depende.” “De los Miuras también decimos que son nobles y también hemos tenido una sorpresa de vez en cuando.” Remata hablando de la nobleza que se le presupone a los Miura en el encierro, pero que tampoco se olvidan los casos de “Olivito” en 2014 o “Ermitaño” en 2009.
Respeto
Finalmente, Víctor nos ha dejado un mensaje hablando del respeto hacia los toros y los corredores, algo muy importante en lo que hay que incidir siempre. “A la gente en la calle le diría que tuviera un poco de respeto por el que está corriendo, por toda la organización que hay en el encierro, pero sobre todo por el toro. El toro tiene que llegar íntegro para la tarde, esto no es una capea, esto es un festejo popular que se hace para el traslado de los toros para la tarde y si tenemos un poco de respeto todos creo que todo puede mejorar e ir por la buena línea.”
Con estas palabras hablando del respeto, Víctor nos recuerda la importancia de valorar cada elemento del Encierro, desde el toro, a los corredores y por supuesto a los pastores. Un día que Víctor no olvidará, marcado por el respeto al toro y por el orgullo de ver a su hijo dar sus primeros pasos en el ruedo pamplonés.