Entrevista a Teo Lázaro: La Voz del Encierro de Pamplona en Televisión Española

ENTREVISTA A TEO LÁZARO

Teo Lázaro, conocido por su larga trayectoria corriendo el encierro de Pamplona, dejó la calle para convertirse en la voz del encierro en Televisión Española. Tras muchos años como corredor, su decisión de abandonar la calle y ponerse frente a las cámaras no fue fácil, pero su vínculo con el encierro sigue siendo vital para él. “Es una parte fundamental de mi vida”, dice Teo, quien comenzó a correr desde los siete años.

El proceso de decisión: De la calle a la narración en Televisión

El proceso de dejar la calle fue todo menos fácil para Teo Lázaro. “La primera vez que me lo propusieron, me entra un escalofrío por el cuerpo”, recuerda. Aunque le hubiera gustado volver a vivir el encierro en la calle tras la pandemia, el ofrecimiento de Televisión Española se presentó como una oportunidad que no podía dejar pasar.

Su familia, especialmente su hermano mayor, le dio el empujón decisivo: “En la calle estamos dos mil, pero para contar lo que sucede, sólo hay uno, y te han buscado a ti”.

Al principio, narrar el encierro desde la televisión le generaba inquietud, pero poco a poco fue aprendiendo a disfrutarlo. “Empecé con ciertas inquietudes, pero me fui enganchando y aprendí a disfrutar del encierro sin correr”, comenta, reconociendo que el balance de su primer año fue positivo.

Ahora, se enfrenta a los encierros con una mayor serenidad, buscando transmitir la emoción sin perder la calma. “Espero vivirlos con un punto más de aplomo, de tranquilidad”, señala Teo, siempre con la esperanza de que las fiestas transcurran sin percances.

Las críticas y la responsabilidad de ser la nueva voz

El cambio de narrador en los encierros no pasó desapercibido y las críticas fueron numerosas. “Sabía que íbamos a ser el foco de muchas críticas, pero también creo que este año las cosas serán diferentes”, reflexiona Teo. A pesar de las críticas, se muestra satisfecho con el resultado de su trabajo, esperando que este año las críticas sean más constructivas.

La relación con la calle y los amigos

Uno de los mayores retos para Teo al narrar los encierros es tener a tantos amigos y a sus dos hermanos jugándose la vida en los adoquines. “Es uno de los hándicaps que tuve. Mi hermano me decía que me olvidase de ellos, pero es imposible. Los veía todos los días y soy consciente de que me condicionaba en algunos comentarios”, explica. Aunque sabe que la retransmisión es con sonido ambiente y, después, puedes ver en la repetición que no ha pasado nada, el problema surge cuando algo le sucede a un amigo o conocido. “Es muy complicado. Todos los días pasan cosas, y con la cantidad de gente conocida que tenemos en el recorrido, es lógico que algún día tengamos un susto”, comenta. A pesar de ser conscientes de que su trabajo es narrar, Teo reconoce que la sensibilidad y emoción del momento también deben ser transmitidas: “Lo que hacemos es retransmitir, pero también transmitir emociones. Si en ese momento sale el sentimiento, la sensibilidad y la emoción, hay que trasladarlo de la manera en la que lo sientes”.

El recuerdo de un momento duro en la calle: El 12 de julio de 1993

Teo guarda una experiencia particularmente dura en su memoria. En un encierro masificado en 1993, un golpe de un cabestro lo empujó hacia los toros, vivió una de las experiencias más angustiosas de su vida. “El golpe fue como si me hubiera pillado un tren”, relata, recordando como se acordó de su madre y de que tenía que avisarla.

El Toro: Un Compañero de Vida

Para él, el toro no es solo un animal o una figura dentro de una fiesta. “Es parte de mi vida, de mi existencia. No entendería mi vida sin el toro como animal y sin el toro como concepto de liturgia, de fiesta”, nos comenta con convicción. Aunque la figura del toro bravo genera controversia, él lo tiene claro: “El objetivo del toro bravo es morir en la plaza”.

El Encierro Perfecto siempre está por llegar

Cuando le preguntamos por el encierro perfecto, su respuesta es un reflejo de su amor por la tradición y el sacrificio: “El encierro perfecto es el que está por llegar. Siempre“. Ha vivido muchos momentos de gloria y también de dificultades, pero siempre con la sensación de que lo mejor está por venir. “He tenido encierros muy bonitos, con experiencias muy gratificantes, con compañeros y con familiares. Compartir carrera con un hermano o con un gran amigo es algo que no se puede explicar con palabras“, afirma con nostalgia.

La Evolución del Encierro

El encierro de Pamplona, como muchas otras tradiciones, ha visto cambios a lo largo de los años. Teo no comparte como su generación se inició en el encierro: “Nosotros empezamos con el encierro chiqui, las generaciones siguientes no se han vinculado al encierro de Pamplona así”. Su eliminación, puso en peligro el relevo generacional navarro, sin embargo. “Afortunadamente, he comprobado que hay relevo generacional y además muy fuerte. Hay una afición brutal, hay gente joven muy buena que están mil veces mejor preparados que nosotros en su momento”, dice con optimismo. Según él, los jóvenes corredores están más preparados, aunque con un punto adicional de “inconsciencia” que les da una perspectiva distinta pero igual de válida para vivir la experiencia.

El Blanco y Rojo

Uno de los temas que más debate genera es la vestimenta de los corredores. Para Teo, la esencia de San Fermín está en el blanco y rojo. “Soy defensor a ultranza del blanco y rojo. Me cuesta más entender a aquellos que corren con una camiseta determinada que les trae suerte, ya sea del equipo de fútbol o de su comunidad autónoma”, nos dice.

Si bien respeta las decisiones de cada uno, tiene claro que, a su juicio, lo ideal sería que todos los participantes en la fiesta se vistieran de blanco. “Entiendo que haya quienes quieran llevar una camiseta especial por superstición, pero me cuesta un poco entenderlo cuando, después, todo el día vas vestido de pamplonica integral”, reflexiona. Si es cuestión de superstición, yo siempre digo: ¿por qué no poner esa camiseta debajo de una de color blanco?

Aunque Teo entiende que muchos corredores que no visten de blanco seguirán viviendo el encierro con la misma pasión y emoción, admite que le gustaría que más personas adoptaran esta tradición. No obstante, reconoce que cada uno vive el encierro a su manera. “Probablemente tengan el sanfirminísmo muy interiorizado, para ellos esto es la Champions del encierro, aquí hay que venir por encima de todo, es lo más y hay que estar. Es gente que vive el encierro, que durante el año vienen a Pamplona y van a la capilla de San Fermín, es como que para ellos esto es el culto del todo, Pamplona es la ciudad donde se vive el encierro por excelencia. Entonces no es que no lo hayan mamado, creo que sí, ojo cuando generalizó que hay honradísimas excepciones como en todo, pero necesitan ese punto de “bueno, hay televisión y necesito que me vean”, reflexiona. El antideslizante: una medida de seguridad con un coste visual

Antideslizante

Para Teo, aunque no es lo que los corredores preferirían, el balance de seguridad es innegable. “Lo lógico para el disfrute del corredor sería decir que estoy en contra del antideslizante, que me apetece que el encierro, sin que pasa nada, para que haya ese punto de emoción y la manada vaya más estirada, que haya toros que se queden más descolgados, regazados, pero por otra parte hay que ser totalmente consciente de que el encierro de Pamplona es la conducción de las reses desde el corral de Santo Domingo al punto donde se van a lidiar por la tarde y uno de los objetivos es que esos toros lleguen en perfecto estado para lidia.”, admite.

Entrenamiento de los toros

Hablamos también del entrenamiento de los toros y de lo perjudicial que sería quitar el antideslizante ahora mismo en Pamplona, “Todos los ganaderos preparan a sus toros para la lidia, incluso más en las plazas importantes porque como ganadero te juegas más, además le añadimos el escaparate del encierro en Pamplona. Todas las ganaderías que vienen entrenan a sus toros. Están más acostumbrados a correr y mucho más acostumbrados a ser gregarios. Ahora si se cayesen en la curva intentarían buscar a sus hermanos, pero como la velocidad es mayor en todos los tramos, las consecuencias de como quedase el animal, si un toro chocase bruscamente en la curva de Estafeta, serían peores.”

No hay dos encierros iguales

Le comento a Teo que no hay dos encierros iguales, que ningún encierro es igual que otro y su opinión es clara. “Hay quien lo piensa y sin embargo creo que hay que estar en la calle, hay que vivir lo que se vive previamente y durante cada uno de los encierros y ser consciente, de que, efectivamente, no hay dos encierros iguales. La emoción y el nerviosismo se vive y se palpa, pero traspasar la pantalla con ese sentimiento y esa sensibilidad es complejo, si hay un toro que se ha quedado descolgado se ve mucho más fácil el riesgo latente y la emoción. Entiendo al espectador que pueda decir que los encierros son más sosos e iguales, lo respeto, pero no lo comparto.”

Respeto al toro

Teo afirma que “La mayoría de los corredores le tienen mucho respeto al toro en Pamplona porque saben que se están jugando la vida al ponerse delante. Quizá en otras localidades con otro tipo de toro sí. Y un toro bravo en cualquier momento te puede quitar la vida.”

La importancia del encierro de Pamplona: único e inigualable

El encierro de Pamplona, según Teo, sigue siendo el más importante del mundo, no solo por la magnitud del propio encierro, sino por su historia y la atmósfera que lo rodea. “La presión, las calles, la configuración del recorrido… Es increíble, hace que lo eche muchísimo de menos.”

En ese sentido, no duda en afirmar que, aunque otros encierros puedan ser igual de emocionantes, ninguno tiene la carga simbólica de Pamplona. “Pamplona son noches y noches durante semanas sin poder dormir y aun así te pones. Esa sensación no la tengo en otros sitios.”

Si quieres leer todas las declaraciones de Teo Lázaro en esta entrevista, no dudes en pinchar aquí.