Como cada 15 de agosto, Tafalla ha dado comienzo esta mañana a su ciclo de encierros de las fiestas en honor a Nuestra Señora de la Asunción. Seis torazos excelentemente presentados de José Luis Pereda han sido los encargados de dar el pistoletazo de salida a las seis mañanas de encierros. ¡Y de qué manera! Encierro peligrosísimo, bravo, muy emocionante y bonito. Pero, vayamos por partes:
A las 9 de la mañana en punto, el cohete ha subido al cielo tafallés. La puerta de corrales se ha abierto y la torada se ha pensado durante diez segundos si salía o no al asfalto. Ha sido un toro castaño, “Barbalisa” marcado con el 62 en el costillar, el que ha tomado la iniciativa y, como una bala, ha saltado a la calle y ha iniciado el recorrido en solitario. “Ahí os quedáis” parecía decir a sus hermanos mientras metía la directa sin miramientos. Sus hermanos le han seguido al poco en la distancia y arropados por los bueyes en este tramo inicial.
“Barbalisa”, desde el primer momento, ha puesto la emoción y el picante en el encierro, pero no ha sido el único. Por detrás sus hermanos han venido comportándose de forma muy similar. Muy mirón, cruzándose de lado a lado de la calle con un ritmo frenético, obligaba a los mozos a apartarse a su paso. Al llegar a la curva de la farola, donde, como en Tudela, en Tafalla tampoco gastan en antideslizante, se ha estampado de lleno contra el vallado, terminando en el suelo.
Pero, a “Barbalisa”, tan bravo él, le ha dado igual. Se ha levantado y, con fuerza y bravura, ha seguido su camino, todavía con ventaja sobre el resto de animales. El resto de morlacos han derrapado en la curva y, a partir de entonces, se han quedado bastante sueltecitos y abiertos. Un espectáculo.
De esta forma han enfilado la avenida de Sangüesa. “Barbalisa” por delante que iba con menos ritmo que antes de caerse, seguido de cerca por otro castaño, el cual también lanzaba muchas miraditas a los lados e iba como si acabara de subirse a un Fórmula 1, y a bastante distancia iban el resto de bureles, los cuales también punteaban. No sólo punteaban, sino que además se cruzaban hacía el vallado detrás de los mozos. Emoción, riesgo y peligro.
Con esta conformación de la manada, hemos podido observar preciosas y trepidantes carreras de los mozos. Algunos se han apartado con los dos primeros, dejándolos pasar, no era fácil aguantar esa velocidad y esas miraditas, así que los pocos valientes que se han mantenido ahí han tenido mucho mérito.
En realidad, hoy aguantarle metros a cualquiera de los toros tenía mérito, miraban y se cruzaban en décimas de segundo. En plena avenida de Sangüesa, el castaño que iba en segundo lugar ha adelantado por la izquierda y sin miramientos a “Barbalisa”, líder hasta ese momento. El encierro estaba emocionantísimo y precioso.
HERIDO POR ASTA
Justo antes de la curva de la Estación, un mozo pamplonés ha caído en la cara del toro que abría el grupo de atrás, “Muletero”, un imponente castaño marcado con el número 68 y que no ha perdonado. Lo ha enganchado, ha caído con él y le ha propinado dos cornadas, una en el hombro derecho y otra en la pierna derecha con trayectoria de 12 a 15 centímetros.
La cogida ha sido feísima y el toro ha quedado vuelto en dirección contraria. Se han creado momentos de auténtico peligro, ya que el toro se ha ido hacia un pastor que, afortunadamente, ha podido librar la situación. A pesar de eso, el pastor ha terminado en el suelo.
En la última recta, la de la Estación, hemos visto carreras espectaculares a diferentes toros a la vez, ha sido realmente espectacular. Aquí se han podido lucir más los mozos, e insisto, los toros de hoy no eran la tonta del bote, había que ponerse ahí y aguantarles, no era fácil. En este tramo un buey ha pisado de fea manera a un mozo en el pecho, siendo otro de los trasladados.
Todavía quedaba un susto más. Al entrar a la plaza el primer castaño, que había llegado con ventaja a la plaza, ha decidido darse la vuelta, encontrándose con un grupo de cuatro mozos. Tres de ellos, grandes corredores, han resuelto la situación con destreza, pero el cuarto ha terminado revolcado por el toro. Aunque inicialmente el castaño se había marchado, ha decidido regresar por él. Sin embargo, en su camino se ha cruzado un buey, que ha recibido la embestida del astado, el cual se lo ha echado a los lomos y le ha pegado una tremenda y espectacular voltereta.
De esta forma ha concluido este vertiginoso, peligroso, emocionante y precioso primer encierro de Tafalla 2023, un encierro para valientes.
BALANCE DE HERIDOS
El balance final incluye dos traslados: el primero herido por asta con dos cornadas y el segundo con un traumatismo craneal y un pisotón.
A continuación, vídeo de este primer encierro de Tafalla 2023 grabado en la recta de la Estación:
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