El tiempo vuela más que las vacas y hoy, a las puertas del fin de semana, con el sexto Pilón de Falces 2025 protagonizado por el ganado local de Hípica Zahorí, hemos entrado en la recta final de los encierros de la localidad navarra de este año. Mañana ajetreada en el monte falcesino, pues han pasado muchísimas cosas desde primera hora de la mañana. Así que, sin más dilación, contemos lo sucedido este viernes en el encierro con más verdad que existe:
Sexto encierrillo del Pilón de Falces:
Todos los días el Pilón nos sorprende con cosas nuevas. Estos días de atrás, no he comentado nada de los peñistas que procesionan, disfrazados o a medio disfrazar, a una figura a hombros. Pues bien, hoy, a las 7:25, han vuelto a procesionar al señor —que es como un cocinero con su gorro de chef y una bandeja con un cochinillo en una mano y una tarjeta que pone “El Toxko” en la otra— que llevan a hombros; mientras, por delante, otro peñista subía en patinete eléctrico la gran pendiente de arena del Pilón. Cosas que sólo pasan en Falces. Estos peñistas, cada día preparan una y tienen un surtido de disfraces de lo más variado. De esta guisa, algunos de ellos esperan a las vacas sentados en mitad del camino a diario. Luego comentaré esto.
A las 7:30 en punto, con puntualidad suiza y hoy sí, con el cielo anaranjado del amanecer, el portón de abajo se ha abierto para que las diez coloradas y castañas de Hípica Zahorí comenzasen el ascenso hasta la corraliza de arriba. Enseguida han comenzado a pasar cositas. Nada más salir, una vaca gacha ha tomado la delantera y sus hermanas le han seguido con prontitud. Abajo, en el asfalto, se han efectuado unas cuantas carreras delante de la vacada, retirándose antes de llegar a la tierra.
Una vez las vacas han salido del asfalto, han pasado demasiadas cosas a la vez. Por delante, un joven peñista estaba en mitad del camino sentado y bebiendo tranquilamente cuando las vacas ya pisaban arena y subían rápidas mirando a los lados. Cuando la primera de las reses estaba a punto de darle caza, con un rápido movimiento, ha hecho la croqueta hacia el lado derecho y se ha cobijado por debajo del vallado. Un figura este joven.
Justo entonces, la última de las vacas ya estaba en la Cuesta, así que los pastores han comenzado a correr tras ellas, o a intentarlo, porque uno de ellos ha tropezado cuando iba a comenzar y se ha ido de bruces al suelo con la vara en la mano, terminando ahí su subida. La gente que asiste al encierrillo tiene mucha guasa, así que esta caída, en lugar de provocar los gritos que acostumbramos a escuchar en las bajadas, ha provocado un sinfín de carcajadas entre los presentes. Falces.
En la recta, la primera de las vacas ha sacado mucha ventaja respecto a sus hermanas, las cuales han bajado considerablemente el ritmo, especialmente la última, la cual subía con mucha calma y ha comenzado a rezagarse. A la altura de la Fuente de los Pajaricos, uno de los pastores ha arreado a esta vaca por detrás y, tal cual ha notado la colorada el varazo, se ha vuelto, desafiando al pastor y quedándose en medio del camino durante unos instantes. Al cabo de unos segundos, la vaca ha vuelto a tomar la dirección correcta, no sin antes volverse otra vez antes de realizar la última parte del camino prácticamente andando, al paso.

Después, en la hora y media de espera, también ha habido problemas en la corraliza con las vacas, pues una de las vacas gachas —hoy han corrido por lo menos dos— ha tenido problemas al engancharse con el cencerro. Así que han sacado a todas las vacas por detrás para ayudar a esta vaca. También ha tenido un problema el chef procesionado, pues ha terminado decapitado.

En esa hora y media, una mañana más, Falces ha vuelto a llenarse de personas, unas para correr, otras para ver correr. Antes de comenzar el sexto Pilón, la DYA ha tenido que ponerse manos a la obra, pues a escasos minutos del inicio del encierro, una mujer que había acudido para presenciar la carrera ha sufrido una lipotimia.
Sexto Pilón de Falces 2025: Hípica Zahorí
9 de la mañana en punto en el reloj de Roberto y primer cohete al cielo despejado de Falces. Medio minuto después, pues el cohetero de hoy —un médico— no atinaba con el mechero, ha subido al cielo el segundo de los cohetes. Ocho segundos después, han abierto el portón. Parecerá tontería escribir los segundos de espera, pero cada segundo en ese momento de tensión, nervios y expectación es una eternidad.
La vaca gacha ha vuelto a salir por delante; esta vaca ya se lanzó la primera el año pasado y algunos corredores, a día de hoy, siguen sin olvidar lo que hizo hace un año. Las demás vacas la han seguido con prontitud. Muy hermanadas y no muy rápidas, han avanzado por el camino rocoso. Al llegar a la primera curva, donde el piso es casi imposible por el cortado de las rocas, una de las vacas ha caído de mala manera y sus hermanas le han pasado por encima sin miramientos. Ahí se ha quedado unos instantes hasta que ha podido reincorporarse y continuar con la carrera en solitario por detrás. Mientras, las cuatro últimas de la vacada principal también se iban quedando rezagadas respecto a sus hermanas.
Delante de las vacas, un día más, los corredores de la parte alta del recorrido volaban cuesta abajo ejecutando sus carreras, con distancia y blusones al viento antes de dar la segunda de las curvas, donde la mayoría de estos corredores se han retirado; otros, sin embargo, han terminado sus carreras en el suelo. Dos de ellos, que acostumbran a hacer carrerones en la recta, han terminado en la tierra casi en el medio del camino, cayendo muy mal. Ambos separados por unos cuantos metros de distancia. Las cuatro vacas que se estaban quedando descolgadas le han pasado muy cerquita, pero han demostrado una nobleza absoluta. En este punto, las vacas ya iban en una auténtica fila india, separadas las unas de las otras y con muchísima distancia entre la primera y la última de las reses.
Y a partir de ahí, han pasado demasiadas cosas. Intentemos contarlas. Varios de los corredores con más piernas del Pilón han comenzado arriba, en los Pajaricos, han volado y aguantado delante de las diez de vacas por toda la recta y así, ejecutando unas carreras bellísimas, han llegado hasta la gran pendiente. Antes de llegar ahí, un par de corredores han dejado pasar a las dos primeras vacas que, en ese momento, volaban, para continuar corriendo con las demás. Además, la segunda se ha escorado en el saliente de la derecha antes de comenzar la bajada, arrollando a varios mozos.
Cuando ellos han dejado pasar a estas dos vacas, ellas han provocado muchas caídas, pues ese punto del recorrido estaba bastante masificado, así que, cuando estos corredores han llegado con las siguientes vacas, han tropezado con ellos y se han producido todavía más caídas por el efecto dominó. En este punto de la narración, me encuentro en la parte alta de la Cuesta de arena.
Con las dos primeras vacas, los corredores que sólo corren delante de ellas en la arena han tenido muchas dificultades, muchas caídas y varias montoneras. Sólo han quedado en pie los que han llegado al asfalto corriendo cuando las vacas estaban a mitad de pendiente. Un mozo vestido de blanco, corredor con experiencia en el Pilón, ha sido arrollado por la primera vaca y la segunda le ha terminado de lanzar al suelo de muy mala manera. A pesar de lo aparatosas que son las imágenes, tan sólo ha sufrido un varetazo y un pisotón de una de las reses en el pie. Desde aquí le deseamos una pronta recuperación.
Detrás de él venía un joven con camiseta negra que ha dado el salto de su vida para sortear a este mozo caído; espectacular cómo ha caído en el asfalto del mismo salto, se ha puesto de pie y ha continuado corriendo delante de las vacas. Impresionante. Carrerón de este mozo que ha comenzado hoy arriba por primera vez y ha entrado en el pueblo corriendo de vaca en vaca.
Volvamos arriba, pues faltaban por llegar las últimas de las vacas, las cuales se han distanciado muchísimo de las primeras. Ahí arriba, se había retirado a la derecha un corredor pamplonés que lleva una semana en la que todos los días libra de alguna forma y nos deleita con su buen hacer. Se ha metido con ellas justo antes de comenzar la pendiente; unos metros más adelante, se ha sumado a esa carrera uno de los corredores que hemos dicho antes que han caído por el efecto dominó cuando se han encontrado caídos ya comenzada la cuesta. Vamos, el protagonista del carrerón del primer día.
Juntos, mano a mano, sin molestarse ni estorbarse, han conducido a las vacas restantes hasta las calles del pueblo. El que ha comenzado más arriba esta segunda carrera se ha retirado al pasar por los primeros corrales del pueblo; el segundo, que tiene una raza de otro planeta, se ha ido con ellas hasta la plaza del pueblo. Un capítulo más para la historia del Pilón de Falces. Maravilloso.
De esta forma ha concluido este sexto Pilón de Falces 2025, donde las vacas de Hípica Zahorí han dejado muchos caídos a su paso, pero también donde hemos disfrutado, un día más, de carreras auténticamente bellas. Al final, la DYA ha atendido a nueve mozos, ninguno de gravedad y ninguno al hospital.
Mañana más, mañana llega Don Juan José Laparte al Pilón. Suerte a todos.
A continuación, vídeos del encierrillo y del sexto Pilón de Falces 2025. Más fotografías en el Facebook de Navarra Taurina.
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