“La cantera infantil, clave para el futuro taurino”
En esta jornada especial para la tauromaquia, quiero dedicar unas palabras a los más pequeños, a esa cantera que representa el futuro de nuestra fiesta.
El pasado fin de semana, Alfaro se vistió de gala para honrar a San Isidro con unos encierros que, además de ofrecer grandes carreras y reencuentros entre corredores, se convirtieron en una oportunidad única para los niños. Este municipio riojano, que destaca por su calidez y tradición, permitió que los más pequeños vivieran sus primeras emociones frente a las becerras. Esto convierte a Alfaro en un referente envidiable para muchos otros lugares.
Las normativas de La Rioja y Aragón, esta última aún más permisiva, hacen posible que los menores de 16 años participen en este tipo de actividades, siempre con becerras de menos de un año. Este detalle, aunque técnico, es crucial para garantizar la continuidad de una tradición que ha formado a grandes corredores.
Pamplona, por ejemplo, tuvo durante los años 70 y 80 un encierro “txiki” que recorría el mismo trazado que el de los mayores. Este evento, que, desgraciadamente, desapareció en 1987, fue cuna de muchos aficionados y corredores reconocidos. Hoy, muchos sueñan con que algún día las calles de la Estafeta vuelvan a ser escenario de esos encierros infantiles, relegando los actuales carretones al pasado.
Por este motivo, Alfaro es una cita imperdible para muchos aficionados. Familias de diferentes rincones del país acuden con sus hijos a esta localidad riojana para darles la oportunidad de aprender, disfrutar y experimentar las primeras sensaciones delante de las becerras. La emoción en sus rostros, acompañada de los consejos y ánimos de corredores experimentados, es un espectáculo en sí mismo. Tener de público a los ídolos que tienen en Pamplona no es algo que suceda todos los días.
El fin de semana no solo estuvo lleno de carreras memorables para los mayores, sino también para los niños y niñas que conforman esta cantera prometedora. Quiero resaltar el papel de las niñas, quienes protagonizaron carreras llenas de valentía y estilo. Carreras que van directas al alma y pegan un pellizco en el corazón. Nos dejaron imágenes que quedarán grabadas en la memoria de todos los presentes.
La tauromaquia no es solo un espectáculo, es una tradición profundamente arraigada en nuestra cultura e historia. En un día como hoy, celebramos no solo su pasado y presente, sino también su futuro, representado en estos niños y niñas que comienzan a dar sus primeros pasos en un mundo lleno de valores como el respeto, la amistad, el compañerismo, el esfuerzo y la responsabilidad.
Feliz Día Mundial de la Tauromaquia.
Y, ¡qué vivan esos pequeños valientes que aseguran que esta tradición siga viva!
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