La joven cuadrilla de Villamayor en 2024 se quedó a las puertas de clasificarse para Zaragoza. Este año, con casi el doble de concursos y puntos, se han clasificado en noveno lugar para intentar conseguir ganar el Campeonato de España de Roscaderos 2025. Un puesto pelín engañoso, pues han tenido una temporada brillante.
Muy seguros en los palos, han ofrecido actuaciones brillantes y no han tocado el suelo en ninguna ocasión. Decía hace unos capítulos de “Camino a Zaragoza” que sólo había habido dos cuadrillas que no habían sido eliminadas, Utebo y Pina; pues bien, esta cuadrilla fue eliminada, pero en un caso especial, ya que se les contabilizaron las entradas de esa actuación.
Cuadrilla de Villamayor
En la cuadrilla de Villamayor, el cesto lo lleva como pechuga su capitán, Daniel Belled, y le acompañan los siguientes componentes: Quique Belled al palo derecho, Juan Marín al palo izquierdo, Francisco Anadón como retada y, finalmente, Jaime Meavilla de citador. Pero, por esta cuadrilla, al igual que en otros capítulos anteriores, ha pasado más gente que en la guerra. Contemos los que han ayudado a los jóvenes de Villamayor.
Guillermo Peribañez, como pechuga, salió en Tauste, Casetas, Quinto, Zuera, Borja y Fuentes de Ebro. Iván Lorao, al palo izquierdo, participó en Quinto, Villanueva de Gallego, Zuera y Borja. Antonio Gil salió en Casetas al palo derecho y en Alagón al izquierdo. Jesús Anzue fue el palo derecho en Alagón y Villanueva. Rubén Garcés, también al palo derecho, lo hizo en Borja y en Fuentes. Marcos Gascón fue el citador en Épila; mientras que en Fuentes el que citó fue Raúl Puerto.
Así pues, presentada la cuadrilla y sus componentes, pasemos a contar cómo les ha ido por los ruedos de la provincia de Zaragoza.
Comienzo complicado con dos retiradas forzosas
Tuvieron un comienzo de temporada complicado. Su primer concurso de la temporada fue en Tauste; ahí les correspondió en suerte Gemela, una vaca muy lista y con mucha fijeza de Hermanos Maylin marcada con el número 87 en los costillares.
Una vaca con fijeza, sí, pero no con el cesto, sino con el recortador: sabía en todo momento dónde estaba el citador, Jaime Meavilla, e iba tras él como si quisiera comérselo. Acudía al cesto con la intención de cazarlo.
De salida, pegó bien, fuerte y abajo, pero en cuanto vio al citador, salió del mimbre como una bala. Jaime se jugó el tipo, echándose encima, ajustando recortes muy apurados para colocarla en la misma boca del cesto, ya que la vaca no terminaba de arrancar a por el mimbre si no veía claro que podía hacer presa con él. Pegó dos veces más en el cesto dentro del primer minuto, las dos veces fuertes. Después se paró en el tercio, y sólo se arrancaba hacia el recortado para afuera, no para los adentros. En el segundo minuto, no acudió al cesto. En el tercero, volvió a entrar, pero pegó en el cesto por mero trámite, ya que su fijeza era Jaime, y tras él se fue haciéndole hilo.

Cuando apenas quedaban 30 segundos de actuación, la vaca volvió a arrancarse, pero pasó por el cesto pegando de medio lado, sin meter la cabeza, e hizo hilo con Jaime, al que terminó cogiendo. Afortunadamente, todo quedó en un susto y varios golpes, pero se vivieron momentos de auténtica tensión. En ese momento, tanto la cuadrilla como varias personas del callejón se lanzaron a por la vaca, cogiéndola para hacer el quite. A continuación, se vivieron dos minutos de auténtico descontrol, con varias volteretas y mucha gente por el suelo.

Por megafonía se anunció que la cuadrilla había quedado eliminada, pero lo cierto es que no es del todo así. El Reglamento de Concursos de Roscaderos establece, en su punto 9, que cuando la cuadrilla sale del círculo por peligro de cogida al citador, se le contabilizan las entradas que llevase hasta ese momento. Entonces, aunque oficialmente fuese eliminada, se le contabilizaron 5 entradas válidas. Es decir, que aunque en el reglamento se utilice la palabra “eliminada”, en realidad se trató de una retirada obligada.
No les fue mejor en Casetas, su siguiente concurso. En suerte les correspondió Avispada, una vaca de Hermanos Marcén marcada con el número 40 en los costillares, que se lastimó del tren trasero. Una verdadera lástima.
En el primer golpe no se empleó, pero después pegó con hambre de cesto, repitiendo sin salir del círculo, calamocheando mucho y desgastándose. En la quinta entrada se descordinó y el speaker ordenó que abrieran la puerta de toriles para recogerla. A la cuadrilla se le concedieron las 5 entradas válidas, pero fue su segunda retirada forzosa consecutiva.
Alagón: Una espectacular actuación frente a una grandiosa Liebre
Llegó el verano y, en Alagón, por fin, pudieron completar los tres minutos, pero no corrieron mejor suerte a la hora de conseguir entradas. En suerte les correspondió la preciosa y encastada Liebre, una vaca colorada de Don Jesús Marcén que me encanta y que está marcada con el número 57 en los costillares. Una vaca brava con la que es complicadísimo conseguir muchas entradas.
Casi 40 segundos estuvo desgastándose en el primer golpe. Vaca brava, codiciosa, con casta, puro corazón, que se enceló con el cesto, cabeceando con fuerza; no veía nada más que roscadero. Además, se enganchó en el mimbre con un pitón. La cuadrilla aguantó a la perfección la acometida y estuvo hábil tanto para desengancharla rápidamente como para manejar el cesto con tal exigencia de Liebre. 15 segundos estuvo pegando en la segunda entrada. La vaca no paraba de desgastarse, sólo quería roscadero.
Después, se la llevaron al tercio. Ahí se quedó a pensar un tiempo y a reponer; lo necesitaba después de tanto desgaste. En el tercer golpe siguió desgastándose, tremendo animal. A continuación, se fue al tercio y ya no volvió a arrancarse, aunque no dejó de mirar el cesto. Jaime, que en Tauste arriesgó muchísimo, en Alagón le faltó echarse un poquito más encima de la vaca, pero es que lo hizo todo él solo, pues no hubo segundo citador.
Liebre se desgastó mucho en las tres primeras entradas, que al final fueron las únicas válidas; pero la cuadrilla terminó casi sin aliento después de aguantar las embestidas y los cabeceos de la vaca. Quedaron quintos.

Papelera les dio el primer podio en Quinto
En Quinto les correspondió en suerte Papelera, nº 215 de la J. Una preciosa vaca colorada que salió también con hambre de mimbre. De salida, la vaca hizo caso a Jaime y se fue tras él. Pero, a la velocidad de la luz, cambió su trayectoria y llegó a los medios en un visto y no visto.
Pegó en el cesto fuerte y calamocheando con mucha fuerza, buscando, intentando colarse. Casi lo consiguió, pero la cuadrilla manejó bien el roscadero, bajándolo a tiempo y soportando tal cabeceo de la vaca. Después, sin salir del mimbre, metió el riñón y empujó, poniendo a volar a Quique, el palo derecho. La cuadrilla giró muy bien el cesto, supo andar para atrás y paró de maravilla a Papelera.

Jaime se la llevó y vuelta a empezar. Volvió a empujar fuerte, desplazando a la cuadrilla. Vaca brava, repetidora y, a pesar de que se desgastó pegando, hasta el último momento siguió desplazando a la cuadrilla. Papelera entró 12 veces al cesto, pero en el último de los golpes la vaca no había salido del círculo, así que el jurado les concedió 11 entradas válidas. Gran trabajo de la cuadrilla y de la vaca. Quedaron terceros.

En Villanueva se enfrentaron a Rociera de Cantín
En Villanueva de Gallego, se vieron las caras con Rociera, marcada con el 115 en el costillar. De salida, esta vaca castaña de Alejandro Cantín hizo caso a Jaime Meavilla; desde tablas arrancó con todo a por el mimbre y desplazó a la cuadrilla por el círculo central.
Los roscaderistas anduvieron muy bien hacia atrás, girando bien el cesto y aguantando el fuerte golpe. Jaime la sacó y se la llevó a tablas. Ella sola volvió a por más mimbre, volviendo a pegar fuerte y echando la cara arriba. Sin salir del círculo, volvió a entrar en el cesto. Llevaba tres golpes —dos entradas— y se había empleado mucho.
Al siguiente golpe también acudió sola, y volvió a desplazar a la cuadrilla. Después del quinto golpe, la vaca comenzó a pensar, a dosificarse y a darle más trabajo a Jaime. A pesar de eso, entró cuatro veces más al cesto. Casi a falta de medio minuto, se quedó enganchada en el cesto en un golpe en el que volvió a desgastarse. Al final, 9 entradas válidas. Quedaron sextos.
Una exigente Curandera en Pedrola
Curandera, nº 280 de Hermanos Marcén, no les puso las cosas fáciles en Pedrola. Una vaca muy brava, muy fuerte, que salió con ganas de roscadero, con la estuvieron muy bien. En su día no hice justicia en la crónica ni de lo extraordinaria que fue la vaca ni de lo que hizo la cuadrilla con ella. Cosas de mi mes de agosto. Contémoslo bien.
Jaime aguantó muy bien a Curandera de salida y se la llevó hasta las tablas. Desde ahí ella entró con el alma al canasto, pegando muy fuerte, empujando, poniendo a volar a los palos y desplazando a una cuadrilla que supo pararla y que manejó de maravilla el cesto, pues, además, también cabeceó. En la primera entrada estuvo pegando casi medio minuto. Esa primera entrada contó con tres golpes, durando el primero de ellos 20 segundos y siendo los dos siguientes consecutivos, pues tan solo salió un poco del roscadero entre golpe y golpe. Extraordinarios ambos, vaca y cuadrilla.
Cuando, por fin, Jaime pudo llevársela a tablas, la vaca comenzó a pensar y a reponer; el desgaste que hizo en esa primera entrada fue tremendo. A la cuadrilla le costó unos valiosos segundos darse cuenta de que la vaca pedía distancias y que el citador se tenía que echar más encima, pues estaban pegados a línea en una plaza pequeña y la vaca no se arrancaba sola después del esfuerzo. Lo hicieron y la vaca se arrancó, volviendo a pegar muy fuerte, desplazándolos por todo el círculo central y el palo derecho volvió a volar. Bien parada, de nuevo. Pero, se les enganchó, y perdieron más segundos. Además, la vaca todavía se desgastó más.
Cuando la vaca salió y se fue al tercio, volvió a pensar y a reponer, y, de nuevo, volvieron a ponerse demasiado cerca de la línea. Lógico, porque necesitaban metros por detrás para pararla, ya que ella empujaba mucho y los desplazaba por un círculo que no tiene muchos metros de diámetro. Pero, así la vaca no se arrancaba. Como he dicho, la vaca pedía distancia y que Jaime se echara encima para llevarla pegadita.
A falta de 30 segundos, Jaime hizo eso, le entró de poder a poder y entonces sí, entonces la vaca se arrancó y entró una tercera vez al roscadero. Pegó más de 15 segundos en esta ocasión, empujó con raza, los desplazó y esta vez el que voló fue el palo izquierdo. Espectacular Curandera y muy bien aguantada por parte de la cuadrilla. Consiguieron sólo tres entradas válidas con esta maravillosa vaca brava que fue puro corazón, bravura, entrega y nobleza, con la que los roscaderistas aguantaron extraordinariamente bien, pero a la que les costó entender. Quedaron, de nuevo, sextos.

Renegada les dio la victoria en San Mateo
Muy diferentes fueron las cosas en San Mateo de Gallego al día siguiente. En suerte les correspondió Renegada, una buena vaca colorada de Hermanos Marcén marcada con el número 132 en el costillar, con la que consiguieron alzarse con la victoria de la noche.
De salida, Renegada se fue tras Jaime. Después, acudió al cesto y dobló mucho el cuello, así que salió pronto del mimbre. Después, comenzó a repetir sin parar, haciéndose prácticamente ella sola la lidia. Y a empujar; cada vez empujaba más fuerte, desplazando a los roscaderistas e, incluso, poniendo a los palos a volar. Trabajaron muy bien ambos, vaca y cuadrilla, para conseguir un total de 14 entradas válidas con las que se alzaron como los campeones de la noche.
En Zuera se vieron las caras con Flamenca
Su último concurso del mes de agosto fue en Zuera. Ahí se vieron las caras con Flamenca, una buena vaca de Hermanos Maylin marcada con el número 249 en el costillar y a la que dejaron pensar demasiado.
De salida, Flamenca ignoró a Jaime y se fue directa a por el cesto. Pegó sin emplearse y salió. Sin embargo, sin pensárselo un segundo, volvió a pegar una segunda vez. Jaime se la llevó hasta las tablas y desde ahí, de largo, volvió a entrar, pegando mucho más fuerte y empleándose más, atravesando el mimbre con un cuerno.
En el primer minuto, entró cinco veces al cesto, desplazando un poquito, pero con golpes muy asumibles para esta cuadrilla que maneja tan bien el roscadero. La cosa se complicó a partir de entonces, pues la vaca se fue al tercio; ahí la dejaron pensar. Jaime no le entraba en corto, así que la vaca no obedecía, y así estuvo un minuto entero.
Después, en el último minuto, consiguieron dos entradas más. En la última de ellas, la vaca los desplazó muchos metros. Al final, 7 entradas válidas y la sensación de que podrían haber sido alguna más. Quedaron sextos.
Con una Gran Cascarilla fueron subcampeones en Épila
Mucho mejor les fue en Épila con Cascarilla, una gran vaca de Francisco Murillo Conde marcada con el número 708 en el costillar. De salida, Cascarilla engañó a Marcos Gascón, el citador de esa tarde, pues cuando parecía que se iba a ir tras él, cambió el viaje y se fue a por el cesto.
Después, se fue hacia los medios para pegar fuerte, metiendo riñones y calamocheando. Desplazó a la cuadrilla por el círculo central y puso a volar al palo izquierdo. Los roscaderistas aguantaron muy bien la embestida de diez segundos, girando el cesto en el momento preciso.

Marcos se la llevó hasta las tablas, en la contraquerencia; desde ahí ella se volvió a arrancar con todo y los volvió a desplazar hasta la otra punta del círculo. Cascarilla, cada vez que pegaba, lo hacía con bravura y fuerza, desplazando a la cuadrilla muchos metros. Ellos aguantaron tremendamente bien cada una de las acometidas.
Después, la vaca comenzó a reponer y a pensar en el tercio. Pero, a pesar de esto, siguió pegando de la misma forma cada vez que llegaba al mimbre; habían pasado los dos minutos de actuación cuando todavía estaba haciendo volar a los palos. Al final, 11 entradas válidas ante una buena vaca de Tauste con la que se llevaron el trofeo de subcampeones para casa.

En Borja se enfrentaron a Marquesita
El último concurso puntuable en el que participaron fue el de Borja. Ahí les tocó en suerte Marquesita, nº 961 de Hermanos Maylin. De salida, Marquesita se fue tras Jaime Meavilla, el citador, hasta el burladero. Desde ahí arrancó hacia los medios, que no hacia el cesto, pues al verlo topó con él con el pitón izquierdo y salió disparada para la otra punta de la plaza.
Desde el tercio volvió a arrancar hacia los medios e hizo casi lo mismo, pegó con el pitón derecho de pasada y se fue. Sin salir del círculo central, se volvió a por el cesto, pegó sin emplearse, pero rápido se dio la vuelta de nuevo a por el cesto y entonces sí. Entonces pegó con más fuerza, calamocheando, y el palo derecho voló. Jaime la sacó, aguantándola mucho y llevándosela hasta las tablas pegadita, arriesgando mucho.
A partir de ahí, la vaca, cuando iba al cesto, estaba mucho rato con el mimbre. Primero empujaba un poquito y después se ponía a buscar, calamocheando y buscando las fisuras que pudieran tener los roscaderistas para colarse, muy lista ella. Afortunadamente, la cuadrilla movió muy bien el roscadero y ella no se salió con la suya. Al final, el jurado les concedió 9 entradas válidas. Quedaron séptimos.

A las puertas del podio en Fuentes con Cariñosa
Su último compromiso antes de llegar a Zaragoza fue en Fuentes de Ebro, en un concurso que no puntúa para esta temporada. El sorteo quiso que se vieran las caras con Cariñosa, una vaca brava, encastada y colorada marcada con el número 830 de Hermanos Maylin.
De salida, Raúl Puerto la recortó y se la llevó a tablas. Desde ahí, salió a por el mimbre, pegando fuerte y empujando. Desplazó a la cuadrilla que supo girar el cesto muy bien. Después, la trabajaron muy bien, tanto la cuadrilla aguantando los golpes, que en todos pegaba con fuerza, desplazándolos, como Raúl metiéndola y sacándola de los círculos. Muy bien trabaja a las vacas esta joven cuadrilla todas las tardes. Al final, consiguieron 10 entradas válidas.
Villamayor: Juventud, constancia y buen hacer
La cuadrilla de Villamayor ha tenido una temporada muy regular, manejando muy bien el mimbre y parando a todas sus vacas. Tal vez les falte picardía, tal vez les falte experiencia, pero es un gusto verles trabajar con el roscadero. Cada tarde que saltan al ruedo ofrecen su buen hacer y su valor a los que pagan una entrada para verlos.
Han participado en nada menos que once concursos —diez de ellos puntuables, más Fuentes de Ebro—, pero en ninguno de los dos que ha habido en plaza con ruedo grande, es decir, no estuvieron ni en Ejea ni en Tarazona, los concursos que más puntuaban. Llegan a Zaragoza con muchos sueños tras quedarse el año pasado a las puertas.
Poder actuar en el Coso de La Misericordia para El Pilar ya es un sueño en sí mismo; ganar el Campeonato de España de Roscaderos sería completar el sueño de la mejor de las formas. ¿Lo conseguirán? El día 10, a las 11 de la noche, saldremos de dudas. ¡Mucha suerte! Zaragoza espera.
Las cifras de la Cuadrilla de Villamayor en la temporada clasificatoria de 2025:
🥇 1 victoria
🥈 1 segundo premio
🥉 1 terceros puestos
📅 10 concursos puntuables más Fuentes
❌ 1 eliminación, pero se contaron las entradas
🎯 132 puntos
🧺 77 entradas
Actuación de la cuadrilla de Villamayor en Tauste:
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