Dani Martínez: “El toro es el animal que me permite vivir sabiendo que me puede quitar la vida; esa sensación es lo que me tiene enganchado.”
En la historia reciente del encierro de Pamplona, hay nombres que empiezan a resonar con fuerza, y uno de ellos es el de Dani Martínez. Este joven navarro, natural de Burlada, lleva once años dejando su huella en la curva de Mercaderes, un tramo que ha hecho suyo gracias a su habilidad, técnica y un respeto absoluto por el rito que representa cada mañana del 7 al 14 de julio.
Reconocido por sus pantalones piratas y su ligereza en la carrera, Dani no solo ha demostrado maestría en tomar la Curva, sino que cada día ofrece una lección magistral de buen hacer en el encierro. Es como una brisa fresca, veloz y ligero como el aire, danzando entre los huecos con destreza y rapidez. De cabeza muy bien amueblada, humilde y ha sido un placer que haya tenido a bien hablar con nosotros.
En sus palabras, la clave está en “encontrar tu lugar” y conectar con las sensaciones que proporciona el toro y la calle. Nos recibe en medio de un San Fermín que, para él, es mucho más que una fiesta: es un modo de vida.
El encierro de hoy
El encierro de hoy ha sido el más rápido hasta la fecha este año, como nos explica Dani: “Hoy han venido muchísimo más fuertes que otras veces. Corro en la Curva de Mercaderes y me ha costado un poquito más verlos porque han venido muy muy rápido; y luego ya, como el primer toro iba abriendo manada, hemos podido dar la Curva, que es lo que más me gusta, y enlazar la carrera”.
Correr en la Curva requiere un nivel de precisión que no todos logran alcanzar, pero Dani parece haber encontrado el secreto para hacerlo bien cada día. Sin embargo, él lo atribuye a la experiencia acumulada: “La he dado muchas veces mal también…”, admite con humildad, antes de añadir: “Creo que lo que me permite haberle cogido el tranquillo a la Curva es, al fin y al cabo, buscar un poco las sensaciones que te da el encierro, con la gente, con la manada, y encontrar tu lugar”.
A pesar de la longitud de sus carreras en Estafeta, Dani confiesa que su momento favorito sigue siendo la Curva: “Por muchos metros que haga en Estafeta, lo que más disfruto, sin duda, es tomar la Curva con los animales”.
La magia de la Curva
Para Dani, la Curva tiene un encanto especial: “A mí me permite vivir sensaciones únicas, sin duda. Es un poco más técnica que otras zonas del encierro y tiene la espectacularidad de las imágenes”. Esa espectacularidad, sumada a la complejidad del tramo, ha hecho que este corredor se consagre como un referente en este maravilloso tramo.
Un antes y un después: Miura 2018
Cuando se le pregunta por su mejor encierro, Dani no duda en mencionar el 14 de julio de 2018, con toros de Miura. Aunque reconoce que no fue su carrera más técnica, fue la que marcó un punto de inflexión: “No es el mejor, pero es el que más me transmitió porque fue el que me enganchó de verdad con el encierro. Disfruté como no lo había hecho en la vida y no se me va a olvidar nunca”.
Ese día no solo consolidó su pasión, sino también su confianza en la calle: “Sentí que podía hacer otro tipo de encierro y a raíz de eso ha sido así. Ese día, además, un compañero mío de la Curva lo dejó, que para mí es un referente brutal, y sentí que le cogía el relevo”.
Una historia que empieza en 2013
El primer contacto de Dani con el encierro fue en 2013. Un año después vivió un momento que le marcaría, es difícil para cualquiera olvidarse de aquel Miura de 2014: “Corrí con Olivito en 2014. Ese encierro me enganchó más aún porque vi cosas que no había visto nunca en la calle, y, a pesar de eso, quería volver. Sabía que esto era para mí”, recuerda.
No todo ha sido fácil en su trayectoria. Algunos años fueron especialmente complicados: “Mi peor momento no fue uno en particular, sino un período. Entre 2015, 2016 y 2017 pude disfrutar muy muy poco del encierro y me frustré muchísimo”, confiesa con honestidad.
Dani reconoce que llegó a obsesionarse con el encierro: “Demasiado”, admite. Afortunadamente, con el tiempo aprendió a encontrar un equilibrio que le permite vivir y disfrutar de cada aspecto de San Fermín.
Disfrutar del Encierro y de San Fermín
El encierro lo es todo para Dani Martínez, y San Fermín ocupa un lugar central en su vida: “Para mí San Fermín es el momento del año, por todo lo que ello conlleva; es familia, es amigos y, por supuesto, es encierro”. Con los años, ha aprendido a disfrutar de todos los aspectos de la fiesta: “Ha habido momentos en los que el encierro me ha quitado todo en mi cabeza porque sólo pensaba en eso. A día de hoy soy capaz de disfrutar del encierro, de la fiesta, del día y un poquito de la noche, lo que se puede”.
El toro y su significado
El toro, por su parte, ocupa un lugar fundamental en su filosofía: “Es el animal que me permite vivir sabiendo que me puede quitar la vida; es lo que me tiene enganchado a él”. Esa relación de respeto y admiración se refleja en su forma de correr, siempre buscando un hueco en medio de la manada.
Consejos para los jóvenes
Cuando le pregunto qué les diría a los nuevos corredores, Dani ofrece unas palabras llenas de sabiduría: “Les diría que sean capaces de disfrutar de cada momento. Estamos en un momento en el que es muy difícil, las carreras pueden ser largas, pueden ser cortas, si tienes diez segundos en la cara del toro disfrútalos, si tienes treinta o cuarenta disfrútalo también. No menosprecies cuando haces lo mínimo, sé capaz de dar las gracias porque estás bien, porque estás de una pieza y ya está. Eso le diría al joven.”.
El reto de la Curva
El momento actual del encierro plantea retos importantes, como la cantidad de corredores que se detienen en la parte derecha de la Curva. Dani lo tiene claro: “Es una putada, hablando mal. Es difícil, pero no queda otra que asumirlo porque eso va a estar todos los días. Entonces, si tú vas al encierro pensando que esa gente va a estar, tienes un problema. Tienes que ir pensando en que vienen seis cabezas, tienes que encontrar tu hueco y tienes que hacerlo, ya está, no tiene más historia”.
Con esta mentalidad, Dani Martínez ha demostrado que, más allá de la velocidad y la destreza, lo que realmente define a un buen corredor es la cabeza fría, la humildad y el respeto por la tradición. Y en cada curva que toma, deja claro que el encierro sigue siendo un arte que vive en las manos de quienes saben honrarlo y respetarlo.
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