Entrevista a Dani Oteiza: “Cada 7 de julio es como empezar de nuevo”

Si hablamos de grandes corredores navarros, no puede faltar entre esos nombres el de Dani Oteiza. Es fácil reconocerle en los primeros compases de la calle Estafeta, donde lleva brillando muchísimos años con carreras sublimes. Gran zancada, precisión, decisión y clase. Blanco impoluto, faja roja y melena rubia al viento, periódico atrás ya mandar. Año tras año, sigue firmando carreras que quedarán grabadas en la historia eterna del encierro de Pamplona.

Los nervios, compañeros inseparables

Dani, como cualquier corredor experimentado, sabe que los nervios son una constante en el encierro, pero no por ello dejan de sorprenderle. “Lo de todos los días 7 de julio de todos los años: por muchos años que pasen, siempre llega el 7 de julio y es como si no hubieras corrido en tu vida. Tienes unos nervios que para qué. No solamente tú, sino también la gente que está a tu alrededor. Todo el mundo está con una cara súper larga, como si no hubieras corrido nunca el encierro, con un miedo que no veas”, explica.

Enfrentar ese miedo no es algo que se pueda planificar. No hay técnicas infalibles ni fórmulas mágicas, según Oteiza. “Simplemente es, como dicen los estoicos, aguantar el tirón, que llegue y ya está. A puro huevo”, sentencia con su habitual sinceridad.

De los nervios al disfrute

Pero ese estado de tensión cambia en cuanto los toros asoman por la curva de Mercaderes. “Más que cuando suena el cohete, es cuando vienen. Cuando ya dan la curva y empiezan a tirar calle arriba es cuando vas ya en positivo, desaparecen los nervios y ahí intentas hacer lo que has querido hacer y disfrutar”, comenta.

No siempre es posible gozar plenamente del encierro, ya que las condiciones a menudo lo dificultan. “Muchas veces, porque estamos mucha gente o porque los toros vienen muy rápido, no puedes llegar a disfrutar. Muchas veces es como un apaño, un sálvese quien pueda. Mucha tensión. Pero hay ocasiones en las que sí puedes hacer lo que te gusta y disfrutar”, afirma. Para Dani, uno de esos momentos especiales es cuando consigue correr con el periódico atrás. “Hay pocas veces que lo puedes hacer, pero cuando lo haces de manera consciente, eso es impagable”, confiesa.

Valorando cada carrera

En relación con los dos primeros encierros de San Fermín este año, Oteiza se muestra satisfecho. “Lo de ayer fue como una especie de regalo. Con la edad vas bajando un poco el pistón y la velocidad, así que muy bien los dos días”, reflexiona.

Dani también comenta que la disposición del encierro influye mucho en el desarrollo de la carrera. En su caso, el hecho de salir desde el lado izquierdo le favoreció. “Tal y como venían, me favorecía de alguna forma. Para mí ha sido relativamente sencillo, porque además en ese momento no había nadie en la cara del toro y el ritmo no era muy alto. Eso ayuda, porque normalmente abajo en la Estafeta el ritmo es muy alto”, asegura.

Pamplona y su magia única

Para Dani, Pamplona no tiene comparación. “Yo soy de Pamplona, ​​con lo cual cualquier cosa que diga se obvia. Es el encierro de San Fermín, el que he conocido desde que tengo uso de razón. Es una cosa que, desde pequeño, sabes que un día aparecerá por ahí, lo probarás y te enganchará o no. En mi caso me enganchó”, dice emocionado.

El corredor no duda en describir lo especial que es este encierro. “Es la Catedral. El escenario es sobrecogedor. Todo el mundo vestido más o menos igual, de blanco y rojo, y eso junto al gris del adoquín y la piedra. Ese colorido es Pamplona, ​​es otra cosa, está fuera de catálogo”, afirma con orgullo.

Otros encierros destacados

Si bien Pamplona es incomparable, Dani tiene un lugar especial para Tafalla, su encierro favorito después del San Fermín. “Que me perdonen los de los demás sitios, pero el encierro en el que más disfruto es Tafalla. Por la entidad del ganado, la configuración de las calles, la anchura… En cuanto a suerte taurina, el encierro para mí sería el de Tafalla. Pero como entidad completa de lo que es el encierro, Pamplona es el más difícil y especial”, concluye.

Dani Oteiza es, sin duda, una figura clave en el encierro. Un corredor que, con cada zancada, sigue escribiendo su nombre en la historia y la memoria de los Sanfermines.

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