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martes, 21 octubre 2025

Saúl Pardo revienta La Misericordia y alcanza la gloria en el Concurso de Recortes con Toros de Fuego

24 horas después del Campeonato de España de Roscaderos, La Misericordia volvió a rugir con una cita sólo apta para corazones a prueba de bombas: el Concurso de Recortes con Toros de Fuego. Un certamen que alcanza ya su décimo tercera edición y en el que Saúl Pardo, de Paniza, no solo volvió a reventar la plaza —apenas un día después—, sino que alcanzó la gloria alzándose con una más que merecida victoria.
Tercera vez que el coso de sus sueños caía rendido a sus pies en un concurso en lo que iba de semana. Tercer capítulo para la historia, escrito con letras de fuego y sabor a triunfo.

Antes de contar lo sucedido en la arena, pongámonos en situación. Sábado, 11 de octubre. Once de la noche. Cinco toros de Sánchez Herrero muy bien presentados, pero de comportamiento dispar, esperaban ser embolados y lidiados por dieciséis recortadores llegados desde todos los puntos de la geografía española. Cuatro grupos y un toro para la final. Un minuto y medio de tiempo para cada suerte. Noventa segundos que iban contándose en un gran marcador situado entre toriles. Cinco cuadrillas de emboladores aguardando para realizar con eficacia su trabajo. La Plaza de Toros, llena, con un público expectante por lo que pudiera acontecer en el albero.
Sin más preámbulos, ahora sí, narremos lo sucedido en la mágica noche del sábado.

Primer grupo

El primer grupo estuvo compuesto por tres recortadores y un saltador, pero no un saltador cualquiera. Así, saltaron al ruedo para enfrentarse al primer burel de Sánchez Herrero, un toro serio negro marcado con el número 34, que sería el de menor entrega y movilidad de la noche, muy gazapón y que se acabó pronto, permitiendo que tan sólo pudieran ejecutarlo dos rondas. Este toro fue embolado por la cuadrilla de emboladores de Ribera del Queiles. 

Los componentes de este primer grupo fueron: Javier Manso “Balotelli”, de Narros de Cuéllar; Adrián Ramos, de Puzol; José Miguel Medina “Zorrillo”, de Ávila; y el inimitable Jamal Che, de La Puebla de Montalbán, Toledo. 

Balotelli abrió la ronda e inauguró la velada con un recorte muy ajustado, marca de la casa. En la segunda suerte también le recetó un buen recorte a este primer toro.

El segundo en actuar fue Adrián Ramos, que en la primera ronda se marcó un pedazo de recorte de los que te levantan del asiento: ajustado, templado, con sabor y emoción. Desgraciadamente, en su segunda suerte no consiguió que el toro se le arrancase bien, por lo que se le pasó el tiempo de 90 segundos y se quedó sin poder completar su suerte ni puntuar. Una auténtica lástima, pues su primer recorte fue, posiblemente, el mejor de la ronda. 

Tras Adrián, llegó el turno de José Miguel Medina “Zorrillo”, el cual ejecutó dos recortes en sus dos suertes. Buenos recortes ambos. 

Cerraba el grupo el saltador revelación de la temporada, Jamal Che, que aún se está recuperando de un percance. En su primera suerte clavó el salto, un tirabuzón muy ajustado. Sin embargo, en la segunda ronda, el salto que lleva su nombre no terminó de redondearlo: a pesar de que la carrera y el impulso fueron muy buenos, al caer perdió el pie y se fue al albero. El toro no dio para más, así que no tuvo oportunidad de resarcirse en ese momento. 

El jurado consideró que de este primer grupo debía pasar a la final José Miguel Medina “Zorrillo”. 

Segundo grupo

Siempre digo que el destino y los sorteos son muy caprichosos, pues así fue en esta ocasión al colocar en el mismo grupo a tres aragoneses junto a un salmantino: Fernando Murillo, de Cuarte de Huerva; José Giménez, de Santa Eulalia del Campo; Fidel Cantín, de Botorrita; y Pipe Martín, de Ciudad Rodrigo. Entre los cuatro lidiaron a un buen toro de Sánchez Herrero marcado con el número 46 en los costillares y que permitió a los recortadores ejecutarle tres rondas. En esta ocasión, fue la cuadrilla de emboladores de Colmenar de Oreja los que embolaron al morlaco. 

Fue Fernando Murillo, un joven de 18 años de Cuarte de Huerva, el que abrió el segundo grupo de la noche y lo hizo con un quiebro en los medios de rodillas. Después, ejecutó un buen reverso y otro quiebro de rodillas dándole el pecho al toro. Se ganó con estas tres suerte la bendición del jurado y el pase al toro de la final. 

José Giménez fue el siguiente. En la primera ronda recortó, en la segunda le recetó al toro un quiebro de rodillas en carrera muy bueno y terminó su turno con un quiebro de espaldas de rodillas, tirándose de hinojos justo cuando iba a llegar el burel. Buen paso por La Misericordia del recortador de Santa Eulalia del Campo. 

El tercer aragonés del grupo fue el tercero en actuar. Dos quiebros de pie y un tirabuzón fueron las suertes que eligió el de Botorrita. 

Cerró el grugo llegado desde Ciudad Rodrigo Pipe Martín. El recortador salmantino se marcó dos quiebrazos de rodillas dándole el pecho al toro en sus dos primeras suertes. Terminó su actuación con un quiebro de pie. Muy buen paso por La Misericordia en la noche de su debut en Zaragoza. 

Tercer grupo 

Olegario, nº 39 de Sánchez Herrero, fue el tercer toro en saltar al ruedo. Un grandioso toro de buenas hechuras al que emboló la cuadrilla de Amposta y al que los recortadores pudieron ejecutarle nada menos que cuatro rondas en las que vimos recortes, quiebros y saltos de todas las formas posibles. 

Abrió la lata Dani Plata. El de Coria ejecutó cuatro recortes en sus cuatro rondas correspondientes. Tras él, llegó Nacho San Juan, el único maño del grupo. El de Zaragoza comenzó su turno con un gran quiebro de rodillas. Después, le recetó a Olegario tres buenos quiebros de pie. Jorge Gómez, de Bercial, comenzó con un mortal hacia delante, después se tiró de rodillas, después un tirabuzón y terminó saltando de nuevo. 

Cerraba el grupo Sergio Martínez, de Señorío de Illescas. El toledano comenzó con un espectacular barani en el que ralentizó el vuelo, precioso y clavado. Continuó con una gran rondada que puso a la plaza en pie. En la tercera ronda ejecutó un Salto del Ángel perfecto. Y terminó su turno con un buen mortal hacia delante. Estos cuatro saltos ejecutados al milímetro le dieron el pase al toro de la final. 

Cuarto grupo 

Otro gran toro de Sánchez Herrero, marcado con el número 10 en los costillares, fue el siguiente en pisar el albero para ser embolado por la cuadrilla Murbiter, de Sagunto. Para lidiarlo tuvimos cuatro gallos que hicieron vibrar a La Misericordia. 

Franciso Pisador “Leguiche”, de Medina del Campo, fue el primero en probar al toro saltándolo con un tirabuzón. Después lo recortó y en su tercera ronda quebró de rodillas. El siguiente fue el riojano Omar Bruno Fadrique, de Igea. Omar nos deleitó con tres buenos recortes en sus tres rondas correspondientes. 

Con el 15 a la espalda, y desde Paniza, llegó en tercer lugar Saúl Pardo. No hacía ni 24 horas que había puesto la plaza del revés frente a Trucha de Rafael Alarcón cuando ejecutó la primera de sus suertes, un buen reverso de pie en los medios. Después, hizo lo mismo, pero de hinojos y más ajustado imposible, aguantando hasta el último instante, templando. La Misericordia, rendida de nuevo, en pie. Terminó su turno ejecutando la suerte del semáforo, con el pasito atrás. Estas tres suertes le sirvieron para pasar al toro de la final. 

El último recortador en actuar en la primera fase fue Álvaro Carpintero “Carpín”, de Fontanar, Guadalajara. Comenzó su turno con un quiebro de quiebro de rodillas en el tercio. En su segunda suerte, optó por la suerte del semáforo, pasito atrás con torería. Terminó su actuación con un quiebro de pie en corto muy ajustado. Mucho mérito este último pues al toro le costaba arrancarse y tuvo que tragar lo suyo. 

Final del Concurso de Recortes con Toros de Fuego

Otro gran toro de Sánchez Herrero, negro de capa, saltó en último lugar para la gran final de la noche. Zorrillo, Fernando Murillo, Sergio Martínez y Saúl Pardo fueron los encargados de lucirlo, y componentes de todas las cuadrillas de emboladores de la noche, los encargados de poner las bolas y prender la mecha. Cuatro rondas le realizaron, aunque la última de ellas le pesó un poco al toro y los recortadores anduvieron apurados con el cronómetro.

Zorrillo ejecutó cuatro ajustados recortes, llevándose incluso un quemazo en la camiseta. Fernando Murillo volvió a quebrar, dos veces rodillas en tierra y otras dos de pie; quiebros dando el pecho al toro y también reversos, el último en corto, pues el toro no terminaba de arrancarse.

Sergio Martínez volvió a volar. Realizó las mismas cuatro suertes que en la ronda clasificatoria pero en distinto orden. Un buen barani para comenzar, una rondada perfecta, un mortal hacia delante y un salto del ángel impecable fueron las suertes que eligió para deleitar a La Misericordia, la cual se puso en pie con esa maravillosa rondada.

Y cerró la final el de Paniza. Saúl Pardo volvió a reventar La Misericordia con cuatro pedazos de quiebros. En el primero esperó en los medios de hinojos y no se lo pudo pasar más cerca. La plaza entera se levantó de sus asientos para romperse las manos aplaudiendo. En el segundo volvió a repetir suerte, y La Misericordia volvió a vibrar y a enloquecer. Sus dos últimas suertes fueron quebrando de pie, yéndose a por el toro —que estaba parado— con determinación y valor en el último de ellos.

La organización había anunciado antes de la final que los dos mejores clasificados obtendrían plaza para el Concurso Goyesco de Recortes del día siguiente. Una vez terminadas las suertes y el toro enchiquerado, el jurado comunicó que el primer recortador en pasar al concurso del día del Pilar sería el joven de Cuarte de Huerva. Así pues, Fernando Murillo quedó subcampeón de la noche.

El triunfo, el pase al día siguiente y la gloria en La Misericordia fueron para Saúl Pardo. En ese momento, Saúl ya había hecho historia: subcampeón en el Concurso de Recortadores con Anillas el domingo 6, con todavía 20 años y frente a Pericola II; tercero en el Campeonato de España de Roscaderos apenas 24 horas antes —quedando líderes de la temporada junto a la cuadrilla de Gallur— y celebrando la actuación y sus 21 todo a la vez. Además, siendo uno de los protagonistas durante toda la semana en las mañanas vaquilleras.

Y esa noche, ante los toros embolados, se coronaba elevando el trofeo de campeón al cielo. Histórico.
Pero aún quedaba un último cartucho, una última mañana en la que volvería a salir a la plaza a suerte o verdad, una última bala para volver a pisar La Misericordia con un lema grabado a fuego: “puerta grande o enfermería”.

Para poner el broche perfecto a su gran noche, su primo, Nacho San Juan —que actuó con el dorsal número 10 en el tercer grupo— lo sacó a hombros por la puerta del patio de cuadrillas. Emoción y felicidad. Amistad y familia. Afición y verdad. Abrazos y risas. Besos y fotos, muchas fotos. Sueños cumplidos y sueños por cumplir. Gloria e historia. En Zaragoza. En La Misericordia. En su plaza. Por el Pilar.

A continuación, actuación de Saúl Pardo en el Concurso de Recortes con Toros de Fuego 2025 en Zaragoza.

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